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TEMAS GENERALES necesidad de defenderse de nada, porque la apertura de Japón y la «invasión » cultural occidental era inexorable. Mattew Perry arribó al puerto de Uraga —hoy parte de Yokosuka— presionando, con la fuerza de sus barcos, para negociar un tratado que permitiera a los Estados Unidos comerciar con Japón, terminando con dos siglos en los que los nipones prácticamente solo comerciaban con los holandeses y los chinos. Una de las banderas de los barcos de Perry se izó en la ceremonia del 2 de septiembre de 1945, en la que Japón, al finalizar la Segunda Guerra Mundial, firmó la rendición ante el general MacArthur a bordo del acorazado Missouri, fondeado en esta misma bahía, que se puede contemplar en su plenitud de 1.500 kilómetros cuadrados de superficie desde la noria instalada en la isla de Odaiba. Sentado en una de las cabinas, a 155 m de altura, puedes imaginar a los buques de la Armada Imperial japonesa saliendo por el canal de Uraga. Fue creada en 1869 con ideas defensivas, tomando como modelo a la Royal Navy, a raíz de la llegada de los barcos americanos, incrementando su potencial a medida que evolucionó el militarismo nipón. Durante la Segunda Guerra Mundial, debido a la ingeniería naval japonesa y a los grandes recursos invertidos por el Estado, se convirtió en una de las marinas de guerra más poderosas del mundo. Diseñaron acorazados, como el Yamato, que fue el mayor jamás construido; los submarinos más grandes y con mayor autonomía de todos los que combatieron en la Segunda Guerra Mundial, y su Arma Aérea fue una de las más potentes durante la conflagración. En los primeros años de la contienda dominó la mitad asiática del océano Pacífico, pero factores como la aparición del radar, la capacidad industrial de los Estados Unidos y su falta Acorazado Yamato. (Foto: www.wikipedia.org). 2018 689


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