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TEMAS GENERALES Como tripulación del submarino permanecieron a bordo un oficial con 18 hombres a su cargo (10), siempre bajo la supervisión de las autoridades militares españolas. El comandante Kiesewetter fue prontamente recibido por el cónsul Hopper y por la comunidad alemana de Santander, así como por la flor y nata de la política local. Se celebró un banquete en su honor y el de sus hombres a los dos días de su llegada a la ciudad cántabra, por la que se vio pasear a no pocos tripulantes germanos, eso sí, vestidos de civil, tras dictarse acta por la que empeñaron palabra a las 16:00 h del 24. La expectación que causaba la presencia del UC-56 era tal que se tuvo en cuenta la posibilidad de levantar el estado El teniente de navío Wilhelm Kiesewetter. de incomunicación del navío para permitir la entrada de público visitante al mismo; pero no parece que se alzara la prohibición excepto para que subiera a bordo alguna autoridad o personalidad —como sucedió con el embajador alemán en España, el príncipe Maximilian von Ratibor und Corvey (11), junto a sus dos hijas— ya durante el verano de ese año 1918. Los alemanes se hicieron muy populares en Santander y no parecía haber mucho celo en cumplir con los preceptos legales en casos de internamiento, que eran trasladar a la tripulación hasta Alcalá de Henares. El teniente de navío Kiesewetter alquiló una casa, donde residió junto a varios de sus hombres y disfrutó de las tardes del Cantábrico; todo ello mientras la guerra continuaba, hacia su fin, pero continuaba. (10) Otras fuentes reducen la tripulación a un segundo oficial del UC-56, dos clases y diez marineros. (11) Junto a Hermann Hoppe, el príncipe Von Ratibor fue una pieza clave en la campaña propagandística en España a favor de la causa germana. Ambos gustaban de proyectar películas que alentaran una mayor simpatía hacia las potencias centrales. 710 Noviembre


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