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La II Bandera paracaidista, no pudo saltar y fue transportada en camiones hasta Id Nacus. Para ocupar D’ 23 Los días 1 y 2 de febrero se dedicaron a trabajos de fortificación en las posiciones tomadas el día anterior. Sin embargo, no todo acabó con el dominio de dichas posiciones. Las bandas rebeldes intentaron recuperarlas atacando las dos posiciones claves; por un lado Id Mehas, guarnecida por fuerzas del IV Tambor, y por otro Ait Iferd, defendido por los legionarios de la VI Bandera. Unos y otros resistieron los asaltos de un enemigo que no se resignaba a la pérdida de las alturas. Al amanecer del día 3 los rebeldes realizaron un intenso fuego de morteros y atacaron de nuevo. Llegaron hasta 40 metros de los primeros subelementos, avanzando hasta ellos con la protección de un nutrido fuego. Todas las posiciones se mantuvieron firmes y ocasionaron numerosas bajas al enemigo. La tarde del día 3, aprovechando que todavía duraba el siroco que había impedido el lanzamiento de la II Bandera, fue atacada con morteros la zona defensiva asignada a la 6.ª compañía paracaidista, que aún no se había fortificado totalmente debido a la dureza del suelo. Los asaltos que siguieron tuvieron tal intensidad que la sección que defendía la cota 348 hubo de replegarse hacia Usugún, donde la compañía se hizo fuerte y consiguió rechazar el ataque. En esta acción cayeron muertos el teniente Carrasco Lanzós y un paracaidista. Al día siguiente la II Bandera regresó desde Sidi Ifni en apoyo de su 6.ª compañía y logró reconquistar la cota 348, imprescindible para la defensa. Más tarde fueron heridos el teniente López Duplá y cuatro soldados más. Además, murieron dos cabos y un soldado del IV Tabor, y resultaron heridos quince hombres, nueve de tiradores, tres legionarios y tres de zapadores. La II y VI Banderas permanecieron en el perímetro defensivo hasta mediados de febrero, que regresaron a la capital (excepto la 8.ª compañía, que relevó a la 6.ª en Alat Ida Usugún) para prepararse para la nueva operación Pegaso. En cualquier caso, la operación Diana consiguió el doble objetivo de mejorar las posiciones defensivas y, como hemos dicho, mantener en tensión a las bandas enemigas para evitar su desplazamiento hacia el Sáhara. De cara a la población que vivía en la capital se había obtenido el dominio de una zona de terreno básica para la defensa de la ciudad de Sidi Ifni, en especial las alturas de Id Mehas y Alat Ida Usugún. Gracias al aumento de este espacio vital pudo mantenerse con toda normalidad el funcionamiento de la playa de desembarco y de su aeródromo. De momento era imposible que Sidi Ifni fuese batida por los morteros del Ejército de Liberación. Otra cosa hubiera sido la artillería, pero afortunadamente el enemigo, de momento, no disponía de ella. Así finalizó la operación Diana.■ Patrulla española


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