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En el balance de bajas la Legión había sufrido cuatro muertos (incluido el sargento Bernardino González) y once heridos (entre ellos los tenientes Pareja y Torrecillas), y la II Bandera cuatro muertos y siete heridos (incluido el teniente Ponciano Fernández). El efecto sorpresa no se había conseguido y el avance no alcanzaba el ritmo previsto, por lo que inicialmente se decidió suprimir los lanzamientos. De alguna manera se había roto el secreto de la operación, ya que las bandas de liberación habían tenido noticias de los preparativos españoles. EL SALTO DE ERKUNT No obstante, a las 14.00 horas, con la intención de desconcertar al enemigo mediante un ataque por la espalda, se dio orden a las fuerzas paracaidistas que permanecían en el aeródromo de que la 1.ª compañía (capitán Pedrosa), reforzada con una sección de ametralladoras de la 5.ª (teniente Antón), embarcara en los Junkers 52. De los tres lanzamientos previstos se suprimían definitivamente el de Tabelcut y el del Asif Aguendu, y se iba a realizar el tercero, en la zona de Erkunt. Su recorrido se hizo por encima del mar, siguiendo la línea de costa, sobrevolando los barcos de guerra españoles, y al llegar frente a Erkunt viraron 90.º y penetraron en el interior. Apenas comenzó el viraje del avión se ordenó enganchar y, al rebasar la línea de costa, alrededor de las 15.00 horas, se lanzó el primer hombre de la primera patrulla, el capitán Pedrosa, seguido del resto de paracaidistas que iban en el avión. A las 15.00 horas del 19 febrero se estaba realizando el segundo salto de guerra de los paracaidistas españoles del Ejército de Tierra, que pasó a la historia del paracaidismo 28  /  Revista Ejército nº 932 • Extraordinario noviembre 2018 con el nombre de «salto de Erkunt». Constituía una operación difícil debido a la configuración del terreno. Al saltar, los paracaidistas pudieron apreciar desde el aire el efecto que esta inopinada acción producía sobre los rebeldes. Veían correr gente hacia su retaguardia. Nadie disparó contra los paracaidistas. No hubo un solo herido entre los hombres que saltaron en Erkunt. Agrupada la sección de ametralladoras tras el salto, las máquinas del teniente Antón entraron rápidamente en posición disparando contra los fugitivos. En menos de diez minutos desde que se había producido el lanzamiento se habían ocupado las tres cotas que dominaban el poblado, sin sufrir bajas y causando la retirada total del enemigo. Mientras tanto, los legionarios que habían progresado hasta las inmediaciones de Erkunt apoyaron desde tierra el lanzamiento de la compañía paracaidista y posteriormente protegieron su repliegue hacia Buyarifen. En esta operación (precisamente la última llevada a cabo en Ifni) la resistencia enemiga fue superior a la esperada y quedó patente que, si bien con las fuerzas de que se disponía estaban asegurados el perímetro defensivo de la plaza y el aeródromo, era impensable la recuperación del territorio perdido en noviembre del año anterior. Con la operación Pegaso, el 19 de febrero pudo darse formalmente por finalizadas las operaciones militares y, por lo tanto, la guerra de Ifni. A partir de esta fecha el conflicto se redujo al intercambio esporádico de disparos, el paqueo, los relevos, el suministro, el parapeto y la trinchera, y de vez en cuando el sobrevuelo de algún avión propio. Se comprobó, no obstante, una extraña y no habitual pasividad del Ejército de Liberación, un conformarse con la situación alcanzada, al fin y al cabo los rebeldes habían logrado la posesión de casi La Agrupación C estaba al mando del teniente coronel Crespo, jefe de la Agrupación de Banderas. Aquí le vemos con el comandante Pallás, que fundó la I Bandera y mandó luego la II La 1.ª Compañia, bajo el mando del capitán Pedrosa fue la que realizó el 2.º salto de guerra en Erkunt


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