Los planes marroquíes eran escuetos pero seguros: primero, recomponer, con parte de los terroristas que habían actuado en los prolegómenos de la independencia y después con un valioso contingente de jóvenes ba amranis, teknas y saharauis un ejército llamado de Liberación a caballo del Draa, para actuar en principio con una infiltración de grupos armados en el Sahara español contra las unidades francesas destacadas en los confines argelinos y mauritanos, y más adelante sobre las guarniciones españolas destacadas tanto en Ifni como en el Sahara. La lectura de este Documento de la revista Ejército contiene con el mayor detalle que permiten ambas campañas, la brillante actuación de las Banderas Paracaidistas, en muy diversas ocasiones como son el cruce de Biugta, en el aéreo desembarco de Tiliuín, la audaz misión de socorro del puesto de Telata que recibe la sección del teniente Ortiz de Zárate, muerto en defensa de su posición, y la liberación y evacuación posterior con las operaciones Netol y Gento de los puestos sitiados. Y también los avances sin tregua ni descanso de los tabores de los Tiradores de Ifni —fuerza clave en la defensa de los puestos del territorio— y, cómo no, la actuación de La Legión, tropa española de primera línea que tanto en Ifni con la VI Bandera y en el Sahara con la II, la IV, la IX y la XIII dio la talla de acometividad y valor que caracterizan a estas unidades. También a estas fuerzas sumarle el esfuerzo y entrega de las unidades especiales en Ifni como fueron el Grupo de Artillería a Lomo y los Batallones de Maniobra Expedicionarios de los Regimientos “Soria” 9, “Cádiz” 41, “Pavía” 19, “Lepanto” 2, “Fuerteventura” LIII, “Argel” 27, “Tetuán” 14, “Wad Ras” 55, “Belchite” 57, “Ultonia” 59, Zapadores número 6 y Grupo de Policía 1; y en el Sahara, el Batallón expedicionario del “Extremadura” 15, “Guadalajara” 20, “San Fernando” 11, “Castilla” 16 y Compañías del “Tenerife” 49, Canarias 50 y Grupos de Escuadrones de Dragones de los RC “Santiago” 1 y Pavía 4, así como el Grupo de Artillería del RACA 19, Batallón de “Cabrerizas”, III Tabor de Tiradores de Ifni, y los Grupos Nómadas del Sahara español. En la campaña hay que hacer una especial mención de nuestra Aviación, que durante muchas horas de riesgo y desvelo apoyó a las unidades sitiadas en los puestos con misiones de bombardeo y ametrallamiento, y otras con suministros Geografia e Historia de munición y víveres para nuestros soldados aislados. Y también el incansable ir y venir de los buques de la Armada, con el transporte de nuevas tropas de refuerzo, vigilancia de las costas, y protección de los avances por tierra de nuestros soldados o realizando una demostración naval disuasoria en el puerto de Agadir, tal y como la hiciera en el siglo XVII don Álvaro de Bazán. Merece también una especial mención el buen hacer del estado mayor de las fuerzas del AOE a las órdenes del general Gómez-Zamalloa con un plantel de entusiastas capitanes diplomados con ansias de servir a las tropas en campaña con acierto y sin descanso, hasta el restablecimiento de la situación con la realización en el Sahara de las operaciones combinadas hispano-francesas “Teide” y “Ecouvillon-Ouragan” que conseguirían la limpieza y la expulsión de las bandas armadas del Sahara. Quiero aprovechar al final de estas líneas para hablar de los saharauis, del noble porte de sus hombres y mujeres. Raza libre y fuerte, que merece justicia y libertad; hombres que seguían y siguen las sombras de las nubes en pos del agua del buen Dios. Gentes honestas y virtuosas de palabra firme, de elegante proceder, de religiosidad profunda. Tuve ocasión de hablar con ellos largamente, en la acogedora sombra de la jaima y escuchar historias como sacadas de las Mil y Una Noches o de los pasajes más bellos de La Biblia o El Corán. Y he visto escenas familiares encantadoras de padres jugando con sus hijos, de mujeres diligentes que se ocupaban de sus asuntos, de viejos respetados y jóvenes alegres. No, no es el pueblo saharaui un pueblo atrasado sino un bello conjunto humano perfectamente adaptado a un medio hostil, un pueblo de «señores » del desierto para el que pido a Dios toda clase de venturas, toda la libertad que se merece y todo el amor de que son capaces de dar al mundo entero. España nunca los olvidará. El colofón de estas líneas lo va a representar el amplio Documento que contiene esta revista Ejército con un final indispensable en toda guerra como son las reflexiones y enseñanzas que permiten conocer los aciertos y los errores. Y, sobre todo, el respeto que nos merecen los muertos en ambas campañas, que lo dieron todo —su propia vida— por España, tal y como juraron hacer el día que prometieron lealtad a su Bandera. Descansen en paz. REVISTA EJÉRCITO • N. 798 OCTUBRE • 2007 29 DOCUMENTO 87
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