TEMAS PROFESIONALES Fragata Andalucía de la clase Baleares. (Foto: www.flickr.com/photos/armadamde). da del mundo exterior como si estuviera en Marte. No podemos decir lo mismo de las F-100. Prácticamente nada a bordo de la Álvaro de Bazán funciona sin algún tipo de hardware o software, los sistemas se interconectan unos con otros, el buque tiene elementos casi permanentemente conectados con el exterior (con el ciberespacio), a través de los cuales transmite y recibe información digital. Producto tanto de esa naturaleza «ciberdependiente» como de las interconexiones entre sistemas, las F-100 podrían ser vulnerables a un ciberataque. Así, sería teóricamente posible para un actor hostil introducir un malware que afectara a la funcionalidad de alguno de los sistemas esenciales del buque (sistema integrado de control de plataforma, sistema de combate…) afectando muy seriamente a su operatividad. Y para ello no sería necesario siquiera el acceso físico a la plataforma. Podría hacerse desde cualquier lugar del mundo, incluso con el barco en la mar. Bastaría con aprovechar alguna de las interconexiones a Internet por vía satelital: por ejemplo, la descarga de una actualización de la cartografía digital. Desconozco en profundidad la forma en que están interconectados los sistemas de una F-100, así que lo que sigue son únicamente suposiciones. Lo normal es que haya determinados elementos del buque, en particular en el puente, que integren información de diversos sistemas: cartografía digital, AIS, datos de rumbo y velocidad propios. Ello implica interconexiones. Y por la naturaleza transitiva de estas, si A está interconectado con B, y B con C, A lo está con C. Y si A es el SICP y C es Internet, tenemos un serio problema: el SICP podría ser accesible desde Internet, con lo que ello implica. 966 Diciembre
RGM_275_5_diciembre_2018
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