Page 147

RGM_275_5_diciembre_2018

por la feliz experiencia del Fénix, uniformar a todo el mundo, porque ello «además de evitar la indecencia y la mezquindad, tendrá el buen parecer que causa la uniformidad de cualquier sujeto que se presente a la vista». J. A. G. V. 25.135.—Antiguas evidencias de la navegación La noticia más antigua de la navegación, sin duda, data de entre el 40000 al 50000 a. de C., aunque algunas fuentes hablan del 62000 al 75000, y en ambos casos la protagonizaron los aborígenes que cruzaron el estrecho de Torres, entre Nueva Guinea y Australia, de unas 38 millas de ancho, usando, al parecer, canoas dobles. (Libro Guinness de Récords, 1990, p. 128, y otras fuentes). A esta le sigue el hallazgo de pedazos de obsidiana en la Grecia continental, en la época comprendida entre el Paleolítico superior y el Neolítico (11000 a 4000 a. de C.), procedentes de la isla de Milos, la situada más al SW de las Cícladas, existentes en el mar Egeo, y en la que se encontró la famosa estatua de Venus expuesta en el Museo del Louvre. (The Oxford Encyclopedia of Archaeology in the Near East, Oxford University Press, New York-Oxford, 1997, t. 4, p. 505). Por otro lado, se han encontrado panes de cobre procedentes de la isla de Heligoland en Alemania, fechados ca. 4000 a. de C. En las islas Baleares las referencias más antiguas de la presencia humana son del 2350-2150 a. de C., según datos del archivo personal del autor. De acuerdo con todo lo expuesto, las primicias de la navegación corresponden a los aborígenes del entorno del Pacífico; de allí pasaron al Mediterráneo oriental, lo que es obvio dada la gran cantidad de islas allí existentes, y finalmente alcanzó el norte de Europa y el Mediterráneo occidental. L. C. R. 25.136.—Lujo y riqueza de la galera de Adelaida del Vasto En 1113, Adelaida del Vasto (1074-1118), sobrina de Bonifacio del Vasto (1060-1130), marqués de Savona, desembarcó en Acre, procedente de Sicilia, para casarse y ser la tercera esposa de Balduino I (ca. 1058-1118), rey de Jerusalén (1100- 1118). Llegó en una galera «... con un esplendor tal como no había sido visto en el Mediterráneo desde que Cleopatra se embarcó rumbo al Cydnus para encontrar a Marco Antonio. Yacía sobre una alfombra de hilo de oro en su galera, cuya proa estaba recubierta de plata y de oro. La acompañaban otros trirremes, con sus proas también ornadas, donde iba su escolta militar, en la que se distinguían los soldados árabes de la guardia personal de su hijo, con sus rostros oscuros destacándose sobre el blanco inmaculado de sus uniformes. Seguían su estela otros siete barcos, con las bodegas cargadas de todos sus tesoros personales.» (RUNCIMAN, S.: Historia de las Cruzadas, 1987, tomo II, p. 102). No estaba nada mal ese barco pero, por desgracia, no todos son así. L. C. R. 25.137.—La Losa del puerto de Cartagena En el año 1854 la dirección general de obras públicas expidió una orden en la cual se previno la destrucción del escollo, conocido como La Losa, que balizado con una veleta de hierro había a la entrada de la dársena del puerto de Cartagena, la cual dividía su longitud de 644 metros en dos canales desiguales. Por el estudio que llevó a cabo el ingeniero Carlos María de Castro, sabemos que el escollo era una piedra caliza de forma cónica, con un calado en su cúspide de 0,06 metros, que se extiende con rápida inclinación hasta obtener un fondo de 10,03, ocupando su base de norte a sur 77 metros, y de este a oeste, 56. Pero los presupuestos que ofreció para las distintas soluciones de la voladura fueron tan MISCELÁNEA 1006 Diciembre


RGM_275_5_diciembre_2018
To see the actual publication please follow the link above