Page 76

RGM_275_5_diciembre_2018

TEMAS PROFESIONALES que no fue óbice para que al acabar la contienda mundial en 1945 los submarinos estadounidenses supervivientes sufriesen la modernización GUPPY (Greater Underwater Propulsion Plant), que incluía la inclusión de un snorkel, y que, por supuesto, todos los construidos desde la posguerra hasta nuestros días, incluidos los nucleares, cuenten con uno más o menos sofisticado o simplificado. La situación actual Veamos a continuación los diferentes sistemas de AIP que llevarán los submarinos del siglo XXI, título de este trabajo. Si excluimos la energía nuclear, que merece un artículo aparte y que solo está al alcance de las cinco potencias que paradójicamente son miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido y Francia, a los que se les ha unido muy recientemente la India, gracias a la ingente colaboración de los ingenieros navales rusos), el resto de las naciones, aproximadamente 40, se ven abocadas a submarinos diésel-eléctricos convencionales, con la servidumbre de que cada número determinado de horas se verán constreñidos a cargar las baterías, con el grave inconveniente de que los diésel generadores son muy ruidosos y pueden ser detectados por otro submarino que se encuentre en las proximidades en inmersión, firmando su sentencia de muerte en caso de enfrentamiento. Se ve así la necesidad de contar con un procedimiento para cargar las baterías en inmersión, sin hacer ruido, y de conseguirlo tendríamos una unidad con gran autonomía en inmersión a la par de poseer una silenciosidad capaz incluso de epatar a los temidos submarinos nucleares, que cuentan con una autonomía inigualable pero que utilizan turbinas de vapor para mover su hélice principal, con la consiguiente firma acústica. Curiosamente sería otro español de origen catalán, Narciso Monturiol Estarriol, el que desarrolla en 1867 el primer sistema de propulsión independiente del aire (AIP) en su submarino Ictíneo II, al embarcar un motor anaerobio que, por medio de la reacción química producida por la mezcla de magnesio, peróxido de hidrógeno, zinc y cloruro de potasio, producía vapor que finalmente hacía girar la hélice del sumergible gracias a una pequeña turbina. Tristemente no se conserva este modelo, ya que en 1868 fue vendido como chatarra en Barcelona. No sería hasta 1940 cuando un ingeniero alemán, el profesor Helmut Walter, inventase su famosa turbina movida a base de peróxido de hidrógeno, sistema anaerobio que sería instalado experimentalmente en el V-80 y posteriormente en los U-Boote del Tipo XVII. Sus experimentos al acabar la Segunda Guerra Mundial fueron copiados por los británicos, que construyeron en 1954 los HMS Explorer y HMS Excalibur, que tras múltiples accidentes en su propulsión HTP (High Test Peroxide) eran conocidos como Exploder y Excruciator, siendo dados de baja en 1965 en beneficio de la 2018 935


RGM_275_5_diciembre_2018
To see the actual publication please follow the link above