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Revista_Ejercito_933

Ministerio de Defensa es, sin duda, el archipiélago de Cabrera. Está declarado como parque nacional por Ley 14/1991, de 29 de abril, constituyendo el primer parque marítimo-terrestre de España. Comprende el archipiélago de Cabrera las islas de Cabrera, Conejera y otros 17 islotes. Además de sus excepcionales valores medioambientales, cabe resaltar su dualidad, marcada por las componentes militar y civil que jalonan los principales hitos de su historia, dejando marcada en su superficie la impronta de su pasado castrense. La historia militar de Cabrera se remonta a varios siglos atrás, con diversos sucesos marcados por contiendas y batallas. Es sin duda el castillo de Cabrera, edificado para proteger la isla de los ataques de los piratas berberiscos, lo que resalta a ojos del visitante su pasado. Se trata de una fortificación de planta hexagonal, 52  /  Revista Ejército nº 933 • diciembre 2018 que se eleva 72 m sobre el nivel del mar, dominando la entrada de la bahía de Cabrera. Su artillería fue disparada por última vez en 1715, pero continúa siendo protagonista del paisaje y de la historia de la isla5. Su pasado militar está plagado de incursiones piratas, de desembarcos hostiles, de ataques y de destrucciones y reconstrucciones de sus elementos defensivos. Pero el cautiverio de los prisioneros franceses es el episodio militar más conocido y significativo de los ocurridos en Cabrera. Durante la Guerra de 1808-1812 que enfrentó a España y Francia, unos 9.000 prisioneros de los ejércitos napoleónicos, la mayoría derrotados en la batalla de Bailén, fueron confinados en Cabrera sufriendo un penoso cautiverio que duró cinco años. Los supervivientes fueron liberados en 1814, año en que se firmó la paz con Francia. Durante la I Guerra Mundial, y como respuesta a la reiterada presencia alrededor de la isla de navíos de las potencias beligerantes que ponían en peligro la neutralidad y seguridad de España, por Real Orden de la Presidencia del Consejo de Ministros, de 25 de junio de 1916, se declara el archipiélago de Cabrera de Utilidad Pública por motivos de seguridad del Estado y sujeto a expropiación forzosa. Ese mismo año, el Estado expropia el archipiélago pagando a sus propietarios un justiprecio estimado en 362.142 pesetas. Desde entonces, los terrenos forman parte del dominio público del Estado, afectos al Ministerio de Defensa. Inicialmente, se destacó a Cabrera, con carácter permanente, una pequeña guarnición militar de unos treinta hombres. A finales de los años 80 del pasado siglo se produjeron una serie de protestas en Mallorca, encabezadas por grupos conservacionistas, que reivindicaban el cese de las maniobras militares6, dando lugar a los primeros intentos para convertirlo en el primer Parque Nacional Marítimo-Terrestre. Este hecho se materializó con la publicación de la mencionada Ley 14/1991, en la que se establece que el Parque Nacional «será compatible en todo momento con su naturaleza jurídica de dominio público, afecto a la Defensa Nacional ». En 1999, el Ejército de Tierra, autorizado por el Ministro de Defensa, ordenó la retirada del destacamento militar, que se materializó en septiembre de 2000. Por otra parte, la Guardia Civil mantiene un destacamento permanente en la isla y tiene desplegado un radar del Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE), cuyo objetivo es mejorar la vigilancia de la frontera sur de nuestro país. Cabe resaltar que el uso militar del archipiélago de Cabrera ha contribuido de manera determinante a que no se deteriorase su gran valor ecológico, a que se haya mantenido un alto grado de conservación de sus hábitats y lo mas importante ha evitado la especulación urbanística. Supone, por tanto, un ejemplo paradigmático de protección medioambiental de un archipiélago que fue de uso militar. La presencia continuada del Ejército en la isla la ha preservado del desarrollo urbanístico y de la presión turística, evitando la contaminación del suelo y las aguas y protegiendo todo su valor medioambiental. Un magnífico ejemplo a nivel nacional, e incluso internacional, de cómo la presencia militar y la aplicación de una adecuada gestión medioambiental han contribuido a la conservación de tan valioso paraje natural. CONSIDERACIONES FINALES A partir de la segunda mitad del siglo xx, en las sociedades de los países desarrollados comienza a surgir una concienciación medioambiental que en los años siguientes se va extendiendo a nivel prácticamente global y que condicionará de manera determinante el desarrollo económico, social y la ordenación del territorio de la inmensa mayoría de los países. Las unidades de las Fuerzas Armadas hacen compatible la realización de las actividades militares de instrucción y adiestramiento con las buenas prácticas ecológicas, el respeto al medioambiente y el mantenimiento de las instalaciones militares


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