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CARACTERÍSTICAS Y EVOLUCIÓN DEL EJÉRCITO DE CARTAGO… 223 entre los ciudadanos, reconocidos por su valor y reputación además de por su riqueza”.40 Además aparecen presentes haciendo frente en el combate a las tropas de Agathocles en la famosa expedición africana de éste41. Des-pués desaparece la referencia expresa al batallón sagrado aunque es posible que el contingente continuara existiendo: la falta de fuentes internas de los propios cartagineses impide conocer más al respecto, pero es cierto que de haber continuado actuando como tal las fuentes romanas (sobre todo Poli-bio) habrían mencionado su existencia. En cualquier caso, más allá del mencionado batallón sagrado como un elemento de la elite social y militar, los componentes ciudadanos siempre estuvieron presentes en el ejército de Cartago. Predominantes indudable-mente al principio, pasaron después a formar según cada ocasión unas cifras más equilibradas: así para las actuaciones en el exterior, sobre todo en Sici-lia, al igual que en la posterior intervención de los Bárquidas en Hispania, predominaría el uso de los mercenarios, sin embargo para las luchas en el interior del Norte de África los ciudadanos tuvieron una mayor presencia. De hecho, en el 310 a. C. los soldados ciudadanos presentes en el ejército eran nada menos que 4.000 (o 40.000 en otra lectura, aunque la cifra es cla-ramente excesiva).42 Aún y así debe indicarse que en el exterior, sobre todo en algunas ocasiones, la participación de los ciudadanos en el ejército en combate fue muy relevante, como vemos en diversos pasajes de las historias de Diodoro de Sicilia. Incluso de una forma muy explícita en el año 395 a. C. cuando el general en jefe Himilcón puso a salvo las tropas formadas por los ciuda-danos a costa de abandonar a los mercenarios en Sicilia43, lo que refleja un interés superior por la supervivencia de los con-ciudadanos (que en realidad pudo ser una norma más general de lo que se documenta). El recurso al enro-lamiento de los mercenarios, de los que luego tratamos, se multiplicó en de-terminadas ocasiones desde el 480 a.C. como, sobre todo, también aconteció a raíz de la derrota contra Timoleón en Sicilia en el 341 a.C. “votaron el no arriesgar más en el futuro la vida de los ciudadanos, sino enrolar mercena-rios extranjeros, preferentemente griegos, y que consideraban que acudirían en gran número debido a la altura de la paga y la prosperidad de Cartago”.44 40  DIOD. XVI, 80. 41  DIOD. XX, 10, 6 y XX, 12, 3. 42  DIOD. XX, 10, 5. 43  DIOD. XIV, 75, 4. 44  DIOD. XVI, 81, 4. Revista de Historia Militar, 122 (2017), pp. 223-238. ISSN: 0482-5748


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