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232 ENRIQUE GOZALBES CRAVIOTO uno en altura (con los iberos y los africanos) y otro más cercano a los muros de la ciudad, también rodeado de importante foso y de una empalizada79. En otra ocasión destaca inicialmente el asedio que se menciona de Selinunte, en el que se refleja la existencia de máquinas de guerra contra los muros, así como los garfios de enganche sobre las murallas, ataque a los cuáles se conseguía mediante la acción masiva de arqueros y honderos que repelían a los defensores de lo alto de las murallas80. El ataque contra las murallas se sustanció con la apertura de una brecha en las mismas, que fue ensanchada mediante la acción de las máquinas, y una irrupción de los cartagineses que condujo a la continuación y final de los combates en las calles de Selinunte81. Incluso en el asedio posterior del general cartaginés sobre Himera, se menciona que el asedio conllevó la construcción de minas, en las que se acumularon maderas a las que se metió fuego para producir el derrumbe del lienzo82. De nuevo en este caso el asedio cartaginés fue exitoso, pues se indica que los primeros que entraron por la brecha fue el contingente ibero con muchos componentes83. Y en otro de los asedios se menciona igualmente la acción de dos altas torres de madera desde la que se atacaba a los que defendían las murallas84. Y también a finales del siglo IV en el asalto a las murallas de una ciudad greco-siciliana se menciona el tópico recurso a las escalas85. Por último cabe señalar que un muy evidente problema que los carta-gineses tuvieron en el asedio de las ciudades fue de orden sanitario: fueron con bastante frecuencia pasto de las epidemias de “peste”, pandemias de etiología en cualquier caso difícil de establecer pero en la que el tifus sin duda pudo jugar un papel relevante. Se relaciona el origen de su institución de los sacrificios humanos de niños o jóvenes con una epidemia quizás en contexto militar. En un asedio de Agrigento removieron las tumbas y des-truyeron sobre todo el monumento funerario de Theron (quien los había derrotado en Himera). El estallido de una epidemia formidable provocó una altísima mortalidad, incluida la del propio general en jefe Aníbal86. Tiempo 79  DIOD. XI, 85. 80  DIOD. XI, 54. 81  DIOD. XI, 55-56. 82  DIOD. XI, 59. 83  DIOD. XI, 62. 84  DIOD. XIII, 85. 85  DIOD. XX, 16. 86  DIOD. XIII, 86. Según se indica el otro general al frente de las tropas, Amílcar que tomó el mando único, hizo súplicas a los dioses y sacrificaron un niño a Saturno y echaron víctimas (sin duda prisioneros) al mar en honor de Neptuno. Finalmente las tropas cartaginesas logra-ron tomar Agrigento y saquearon los templos, remitiendo como botín una gran cantidad de obras de arte a Cartago. Revista de Historia Militar, 122 (2017), pp. 232-238. ISSN: 0482-5748


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