Mando de Transformación es el general André Lanata, del Ejército del Aire francés6. La llamada Guerra Fría. que comenzó poco después del nacimiento de la OTAN, fue una etapa de difícil equilibrio y de confrontación contenida en la que se produjo la construcción del muro de Berlín, iniciada el 12 de agosto de 1961. La maltrecha economía de la zona de ocupación soviética y el floreciente desarrollo de la RFA y de Berlín Occidental, fueron la causa de que hasta el año 1961 casi tres millones de personas abandonaran la República Democrática Alemana para adentrarse en el mundo capitalista. El muro, que separó familias y amigos durante 28 años, cayó el 9 de noviembre de 1989 cuando, ante el clamor popular, el Gobierno de la RDA decidió permitir el paso hacia el Berlín Occidental. La OTAN adoptó la doctrina de la represalia masiva durante los primeros Banderas a media asta tras los atentados del 11 septiembre 2001 años de su andadura. Según esa doctrina si la URSS atacaba la Alianza respondería con armas nucleares. El efecto buscado era disuadir cualquier ataque pues, aunque este fuese pequeño podría llevar a una confrontación nuclear que desembocase en el aniquilamiento de los contendientes. Pese al supuesto ahorro en armas convencionales que se atribuía a esta estrategia, la Alianza adoptó en 1967 la llamada respuesta flexible. Esta estrategia era más costosa de implementar, pues exigía el desarrollo y mantenimiento de armas convencionales y nucleares, así como un contingente de fuerzas elevado. Sin embargo, al final de la Guerra fría, la respuesta flexible evitó un conflicto nuclear y posibles enfrentamientos armados. En 1967 el «Informe del CAN sobre las futuras tareas de la Alianza», iniciado por el ministro de Asuntos Exteriores belga, Pierre Harmel, marcó un hito en la vida de la OTAN. En un momento en que los cuarteles generales aliados habían tenido que abandonar Francia y se cuestionaba la validez de la OTAN, el Informe Harmel sirvió para revitalizar el pensamiento estratégico aliado. El informe reconocía que el entorno de seguridad había cambiado notablemente desde 1949 y reafirmaba los objetivos y propósitos de la Alianza en sus dos facetas: la política y la militar. El informe abogaba por la adopción por la OTAN de una aproximación dual que asegurase la disuasión mediante una defensa adecuada y al mismo tiempo promoviese la distensión política. Además, el informe pedía una reducción equilibrada de fuerzas en los dos bloques y una solución a los problemas políticos subyacentes que dividían a Europa en general y a Alemania en particular. Por otra parte, el informe abogaba por la conveniencia de prestar atención a zonas, como el Mediterráneo, que podían considerarse expuestas a amenazas. En aquellos años los documentos de carácter estratégico de la OTAN estaban clasificados y el informe Harmel fue un anticipo de los futuros conceptos estratégicos no clasificados, el primero de ellos el de 1991. El siguiente Concepto Estratégico se publicó en 1999 y el año 2010 se aprobó en Lisboa el «Concepto Estratégico para la defensa y seguridad de los miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte». Este documento, todavía vigente, refleja la evolución de la doctrina estratégica aliada y reconoce tres tareas esenciales: defensa colectiva, gestión de crisis y seguridad cooperativa. Aunque el propósito de este artículo es recordar los primeros años de la Alianza, parece obligado recordar tres hitos más cercanos en su ya larga vida: la intervención aliada en Yugoeslavia en los años 90 del siglo pasado, los salvajes ataques terroristas en EE.UU. del 11 de septiembre de 2001 y la creciente cooperación entre la OTAN y la UE en materia de seguridad y defensa. Siendo los tres muy relevantes, la invocación del artículo 5 tras los atentados supuso el comienzo en la vida de la OTAN de una nueva etapa caracterizado por la lucha contra el terrorismo y la intervención en Afganistán. PREOCUPACIONES DE HOY Las últimas reuniones del CAN en sesión de ministros de Exteriores del año 2018 se celebraron en el CG de la OTAN los pasados días 4 y 5 de diciembre. Los ministros trataron asuntos que nos indican las preocupaciones de la Alianza en esos días. El 4 de diciembre, los reunidos estuvieron de acuerdo en que Rusia había desarrollado y desplegado un nuevo sistema de misiles de crucero basado en tierra –SSC-8 o 9M729– que violaba el tratado de fuerzas nucleares de alcance intermedio (INF). Los ministros aliados se reunieron también con sus colegas de Georgia y Ucrania recalcando el fuerte apoyo político y práctico de la Alianza para ambos países. Por otra parte, expresaron su especial preocupación sobre las acciones rusas en el mar de Azov, pidiendo a Moscú que liberase a los marinos y buques ucranianos retenidos desde finales de noviembre de 2018. Los aliados también acordaron seguir trabajando para preparar el ingreso de Georgia en la OTAN y se congratularon de los significativos progresos del país caucásico 46 REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Enero-Febrero 2019
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