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Revista_Ejercito_934

103 La Unidad Militar de Emergencias (UME) tiene como misión principal1 ser la punta de lanza de la contribución de las Fuerzas Armadas (FAS) al sistema de protección civil, pero también está plenamente integrada en las misiones descritas para las FAS en la Ley Orgánica 5/2005 de la Defensa Nacional, en apoyo al mantenimiento de la seguridad y defensa de España, llevadas a cabo dentro y fuera de nuestras fronteras. La UME es la punta de lanza, pero el resto de las FAS participan, contribuyen y sustentan también el sistema nacional de protección civil. Complejo, como cualquier sistema eficiente y garante de la seguridad de la sociedad española, el sistema nacional de protección civil engloba a organismos e instituciones nacionales, regionales, provinciales y locales. Desde los Gobiernos nacional y autonómico, ministerios y fuerzas y cuerpos de seguridad (FCS) hasta agencias e institutos públicos o cuerpos y grupos de voluntarios se aportan elementos de acción, dirección y coordinación imprescindibles en el ámbito de la protección civil. Numerosa, y no muy reciente, es la normativa que materializa y oficializa la necesidad de nuestra sociedad de la contribución de las FAS a la protección civil. La participación de las FAS, y muy especialmente del Ejército de Tierra (ET), en catástrofes no es ninguna novedad, siempre que ha sido necesaria la aportación de capacidades para atender a las necesidades de la población. El bagaje normativo viene desde la Ley Orgánica 6/1980, de 1 de julio, que regula los Criterios Básicos de la Defensa Nacional y de la Organización Militar, en su artículo 212, hasta los artículos 34 y 36 de la Ley 17/2015, del Sistema Nacional de Protección Civil3. Incluso existe en las nuevas Reales Ordenanzas de las Fuerzas Armadas de 2009 la referencia expresa a las «operaciones de seguridad y bienestar de los ciudadanos»4, que constituye un paso más en la evolución de las tradicionales misiones de colaboración de las Fuerzas Armadas en materia de protección civil. Aun existiendo esas misiones comunes y convergentes entre ET y UME, se han desarrollado capacidades especiales y definidas, apropiadas para sus cometidos y ámbitos específicos. Haciendo un símil darwinista, las dos instituciones se han adaptado en el «nicho evolutivo» correspondiente, pero complementándose e implementando las capacidades del otro en sus respectivos «hábitats». Es esta relación de una clara simbiosis donde, como no puede ser de otra manera, los mutuos apoyos son constantes, diarios y beneficiosos. El ET apoya a la UME en un amplio abanico de áreas, la principal es, por supuesto, la aportación del 90 % de personal de la unidad; personal de calidad, que viene formado y con mucha experiencia. Otras van desde los imprescindibles cursos de formación de conductores ofertados o los tribunales de pruebas físicas hasta la Unidad Logística de Emergencias (ULOGem). Esta unidad la constituiría BRILOG en caso de una emergencia de interés nacional en apoyo al general jefe de la UME, quien sería el director operativo de la emergencia (DOE). En esa crítica situación, las FAS aportarán capacidades que, dirigidas y coordinadas por la UME, darán la respuesta eficaz a las situaciones graves que pudieran surgir, y el ET, por sus especiales medios, procedimientos y preparación, tendrá un papel esencial. Uno de los pilares colaborativos fundamentales es el apoyo del ET en la debida enseñanza militar de perfeccionamiento proporcionada a la UME. Ya sea mediante cursos de especialización o informativos, la excelente maquinaria de enseñanza del ET contribuye y complementa esas necesidades formativas que, una vez cubiertas, multiplican la operatividad del personal y las unidades de intervención de la UME en el acometimiento de su misión. Existe una correspondencia, dentro las posibilidades de la UME, a través de su recién creada Escuela de Emergencias (EMES), mediante la oferta de formación en sus cursos de especialización (p. ej. el Curso de Gestión de Catástrofes, Curso Básico de Emergencias, Módulo de Lucha Contra Incendio Forestal, etc.), dada la posible relevancia del


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