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67 La participación de las Fuerzas Armadas (FAS) y muy especialmente del Ejército de Tierra (ET) en el auxilio a la población afectada por una catástrofe se remonta a la propia existencia de los ejércitos. En nuestro país, ya en 1796, con la creación de la Brigada de Artillería Volante, el Ejército español ha contribuido a paliar los daños provocados por una calamidad, desastre o siniestro. En nuestros días, no sería hasta 2005 cuando se decide crear un instrumento para empleo en emergencias que fuese ágil, robusto y de suficiente entidad, capaz de ofrecer la fiabilidad y la disponibilidad necesarias para reforzar en caso necesario a las comunidades autónomas cuando se vieran superadas por la magnitud de la emergencia o para hacer frente a una emergencia de interés nacional. Nacía así la Unidad Militar de Emergencias (UME), creada por acuerdo del Consejo de Ministros, de 7 de octubre de 2005, que se convirtió en la unidad de primera intervención de las Fuerzas Armadas en estas situaciones. Trece años han pasado desde su creación y, aunque es un periodo de tiempo muy breve si lo comparamos con la antigüedad de la casi totalidad de las unidades de las Fuerzas Armadas, la profesionalidad, preparación y dedicación de los que han formado y forman en las filas de esta unidad hacen que la UME sea considerada como un modelo de éxito y un referente dentro y fuera de España. Estamos plenamente convencidos de que la fuerza y el éxito de esta unidad descansan en su carácter militar, alma y esencia de la UME, su vocación de disponibilidad, instrucción rigurosa, el adiestramiento diario de su personal y, por supuesto, los valores de la milicia, que aportan un valor y una utilidad añadida a la gestión de emergencias. En este sentido, uno de los pilares esenciales en los fuertes cimientos sobre los que ha crecido la UME ha sido el valor humano de sus componentes. Sin duda, su entrega diaria, disponibilidad, disciplina, eficacia, compromiso, Uno de los pilares esenciales en los fuertes cimientos sobre los que ha crecido la UME ha sido el valor humano de sus componentes El éxito de esta unidad descansa en su carácter militar, alma y esencia de la UME, su vocación de disponibilidad, instrucción rigurosa, el adiestramiento diario de su personal y, por supuesto, los valores de la milicia


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