HHIISSTTOORRIIAA PPAARRAACCAAIIDDIISSTTAA Foto: CLP Ramas/Boina Negra 103 Acto de renovación de la Enseña Nacional en 1984 Foto superior: Acto de renovación de la Enseña Nacional en 2009 Foto inferior: Jura de Bandera para personal civil en Extremera Finalizado el acto religioso, la Enseña Nacional pasó a manos del coronel García Manuel que, en un emocionado discurso dio las gracias a la Madrina, a la ciudad de Alcalá de Henares, representada por su alcalde, encomendando la Bandera y la Unidad al Cristo de Ánimas de Ciegos. La Bandera pasó finalmente a manos del teniente José Pineiroa Rodríguez-Carvallo, quien tuvo el privilegio de ser el primer abanderado. En el acto de Jura acompañaron a la nueva Enseña Nacional de la Brigada Paracaidista, las banderas de los regimientos “Wad-Ras” y “Saboya”, para recibir el beso de confirmación de su compromiso de 1.411 caballeros legionarios paracaidistas formados. Esta Enseña Nacional duró solo dieciséis años, pues el devenir de los tiempos hizo que, en el año 1984, esa primera Bandera fuera sustituida por otra que ostentaba ya el escudo nacional constitucional, también donada por el pueblo de Alcalá de Henares. En el año 2009, justo veinticinco años después, y con motivo del acusado deterioro de los tejidos y bordados, nuevamente el pueblo de la ciudad complutense demostró su gratitud, regalando a sus queridos paracaidistas nuestra actual Enseña Nacional. Han pasado ya 50 años desde esa primera Jura Bandera, y con independencia de las cambios físicos sufridos por el símbolo por motivos sobrevenidos, los pliegues de nuestra Enseña Nacional han sido besados, desde ese 2 de mayo de 1968, por miles de paracaidistas, ya para rubricar ese solemne juramento con la Patria que se adquiere como militar, ya en su despedida de la unidad, que en ningún caso pone fin al compromiso contraído. Infantes, artilleros e ingenieros paracaidistas han desfilado en estos 50 años bajo sus pliegues y la han escoltado en cuantos actos militares ha participado los paracaidistas, sintiéndose siempre orgullosos de su unidad y de su Bandera, concedida gracias a los méritos y sacrificios sufridos por aquellos integrantes de las Fuerzas Paracaidistas en ese duro periodo posterior a la fundación. Esos sentimientos acumulados durante cinco décadas, que queremos seguir sintiendo, para poder así trasmitirlos a los paracaidistas actuales y futuros, con el propósito de que perduren en nuestras mentes y en nuestras tradiciones, no 50, sino 500 años más.
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