HHIISSTTOORRIIAA PPAARRAACCAAIIDDIISSTTAA Foto superior: el intérprete Mirko, y Cte. Torres (S3). Sobre el BMR de mando, y de pie Cte. Ramírez (S6) y a su lado sentado Cor. Morales jefe de la AGT Canarias. En el convoy retenido Foto inferior: captura de vídeo donde se ve al Gral. Praljak en el BMR de mando, impartiendo órdenes para abrir paso al convoy 113 entre musulmanes y croatas, camino de Jablanica, con su blindado al Neretva. En 1993 las hostilidades entre croatas y musulmanes en Mostar, zona de actuación de la agrupación española, hizo que la zona musulmana estuviera cercada por los croatas más de dos meses; no llegaba ayuda humanitaria y los musulmanes nos pedían ayuda insistentemente por radio. En ese tiempo solo entró la ayuda que le costó la vida al teniente Muñoz Castellanos. Después de negociar largo tiempo con los croatas, se consiguió que se autorizara la entrada de un convoy en la zona musulmana de Mostar, con la contraprestación de un convoy a zona croata (que no necesitaban). ACNUR (Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados) no quería entrar porque sus conductores se negaban por miedo; se consiguió que la ayuda la cargase una unidad de transporte militar belga, treinta grandes camiones, con la escolta de una compañía de la Agrupación. El mando lo ejercía el coronel Morales acompañado de los comandantes Torres (S3, Operaciones), Salas (S5, Civico-Militar) y Ramírez (S6, Comunicaciones). Al enterarse el Staff de ONU que íbamos a entrar en Mostar, empezaron a apuntarse al viaje todos aquellos que querían salir en la foto, también el jefe en Bosnia de la ONU Cedric Thornberry. Hubo que añadir BMR para transportar a todos los “japoneses”(1) y a la prensa; naturalmente todos querían entrar en la zona musulmana. Se organizaron dos convoyes; uno en dirección Mostar croata que rápidamente alcanzó su destino y otro en dirección Mostar musulmán que tuvo problemas en la ciudad de Citluk. Una avalancha de refugiados croatas, de la zona geográfica de Mostar, se posicionó en la carretera impidiendo el paso de los vehículos. Al principio solo cortaban la carretera, sin animosidad pero sin dejar pasar el convoy. Con el paso de las horas (tres horas y media en total) y escuchando rumores de la misma masa, como decir que nuestro interprete era musulmán (en realidad se trataba de Mirko, de origen croata, que murió posteriormente en un accidente con un BMR) comenzaron a ponerse violentos y
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