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UNA CRÓNICA DE LA RETAGUARDIA DE LA GRAN ARMADA. LEYVA, RECALDE... cuenta. Leyva escribió más tarde que fueron llamados a consejo «cuando trataban de enviar a tratar de partidos a los enemigos como rendidos» (24). Leyva apoyó a Recalde en la solicitud de retornar al Canal, para enfrentarse a los ingleses y «ejecutar lo que su Rey les mandaba» (25). Todos los comandantes acordaron volver al Canal si el viento rolaba a favor, y así lo recogió el duque en su diario. Solo se retornaría a la Península si el viento no facilitaba la navegación para volver al Canal. Este viaje se llevaría a cabo por la ruta del norte, bordeando el este de Inglaterra, Escocia y, después, Irlanda. Leyva denominó a este trayecto «ese viaje de Magallanes» (26). Al día siguiente, el viento era del sursudoeste. Los barcos seguían la derrota hacia el norte, por lo que Medina Sidonia ordenó, definitivamente, el retorno (27). Durante los días 10 y 11, la flota inglesa persiguió a la española. Recalde intuía que querían hacer «puente de plata y así entiendo que nos dejará en tres o cuatro días» (28). La posición de Howard en la mañana del día 12 parecía hacer posible un ataque inglés; sin embargo, la armada navegaba en buena formación y con la retaguardia reforzada, lo que hizo desistir a los perseguidores. Recalde había intuido acertadamente la táctica que iban a seguir los ingleses. Esa misma tarde, Leyva también percibió lo que el almirante vizcaíno había anticipado que iba a ocurrir: la flota inglesa dejaba de perseguir a la Gran Armada (29). Las tripulaciones no estaban adecuadamente vestidas y equipadas para soportar el frío del Mar del Norte. No quedaba leña ni siquiera para cocinar y, tras mes y medio en el mar, la comida escaseaba. Se acortaron las raciones a medio cuartillo de bizcocho, otro medio de vino y un cuartillo de agua en previsión del largo viaje (30). Los animales de tiro y carga que viajaban en las bodegas fueron arrojados por la borda, para ahorrar sus raciones de agua. Los hombres comenzaron a enfermar, y la muerte se convirtió en compañera de viaje en cada navío. El día 15, el mando ordenó navegar a toda vela rumbo a la Península. El 17 la flota navegaba entre las Shetland y la isla de Fair, y el (24)  AHN, OM (PPC), doc. 3511, núm. 38. Transcrito en La batalla del Mar Océano, vol. IV, t. III, doc. 6170, p. 422. Durísima acusación de Leyva, dando a entender que el resto de los comandantes consideraban la opción de rendirse. (25)  Ibídem. (26)  AHN, OM (PPC), doc. 3511, núm. 38. Transcrito en La batalla del Mar Océano, vol. IV, t. III, doc. 6113, p. 386. (27)  En La Gran Armada, p. 355, se atribuye a Diego Flores, consejero del duque, la responsabilidad del inicio del «viaje de Magallanes». (28)  PARKER, G.: art. cit., p. 26. (29)  AHN, OM (PPC), doc. 3511, núm. 38. Transcrito en La batalla del Mar Océano, vol. IV, t. III, doc. 6113, p. 386. (30)  La vida a bordo era, ya de por sí, muy complicada en condiciones normales, el hacinamiento provocaba problemas entre tripulaciones y soldados embarcados, la comida sufría problemas de conservación y el agua se deterioraba. SAAVEDRA VÁZQUEZ, M.ª Carmen: «La vida del soldado», en O’DONNELL Y DUQUE DE ESTRADA, Hugo (dir. de la obra), y RIBOT GARCÍA, Luis Antonio (coord. del vol.): Historia militar de España. Tomo II: Edad Moderna, vol. I: Escenario europeo. Laberinto-Ministerio de Defensa, 2013, Madrid, p. 377. Año 2018 REVISTA DE HISTORIA NAVAL 17


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