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LUIS NEGRO MARCO riti) con 25 galeras y 2.000 soldados. En esa flota iban: el baile de Corfú, Francesco Corner, Paulo Orsino y Próspero Colonna (hijo de Marco Antonio). Les acompañó también, con 3.000 soldados, y 30 galeras, el Proveditore Quirini. Finalmente, el fuerte de Margaritini fue tomado por los venecianos, con ayuda de los albaneses, después de tres días de asedio. Será el único gran acontecimiento militar cristiano después de Lepanto, completado días después con la posesión del fuerte de Sopoto (a día de hoy llamada Borshi, ciudad de Albania) que, aunque capturado por los rebeldes de la región albanesa de Himara, fue cedido por estos a Venecia. A comienzos de enero de 1572, Veniero dirigió sus galeras al presidio de Zara, mientras Sciarra marchaba, con sus tropas francesas, a la custodia de Cattaro. Para entonces, la república de Venecia, viendo que don Juan de Austria era poco afecto al general Veniero, decidió sustituirlo al frente de la flota por Giacomo Foscarini, hasta entonces Proveditore General de Venecia en Dalmacia y Albania. Así, mientras Sebastián Veniero regresaba al golfo de Venecia con tan solo nueve galeras, Foscarini quedaba en Zara al mando de la armada con el encargo de encontrase con el resto de las naves de la Liga en la isla de Corfú. No obstante, la salida de las galeras desde Zara se aplazaría hasta abril, debido a una epidemia de peste que se había declarado durante los primeros días de enero de 1572. Así lo manifestaba un diplomático francés que escribía desde Ragusa: «La peste se ha difundido por toda Albania, las vecinas tierras eslavas y gran parte del Peloponeso. Tan grave y contagiosa es la enfermedad que no queda casi nadie, ya sean militares, ya civiles, en las ciudades y fuertes de Dulcigno, Antivari, Budua, Castelnuovo y Durazzo» (16). En este tiempo, Camilo de Lelis se hallaba también en el presidio de Zara, embarcado en las galeras papales, al mando de Jacobo Soranzo. Durante los dos meses de espera en este lugar, hasta el momento de zarpar hacia Corfú, Camilo volvió a su afición a las cartas y a tener problemas con sus compañeros de juego: «Estando Camilo de Lelis detenido en el presidio de Zara jugando como acostumbraba de continuo, con una camarada llamado Evangelista de Algido, se suscitó porfía. Atravesáronse algunas palabras, correlativamente pesadas, y enfurecido Camilo despreciando la venganza de la lengua, intentó tomarla con la espada, Desafióle colérico, y saliendo al aplazado sitio, desnudos ya los aceros, impidió la ejecución el sargento mayor, que mandándoles retirar, puso fin a la discusión» (17). (16)  MALCOLM, Noel: Agents of Empire, knights, corsaris, jesuits and spies in the sixteenth century Mediterranean World. Editorial Penguin Books, Ltd., Londres, 2015. (17)  CICATELLI, op. cit. 80 REVISTA DE HISTORIA NAVAL Núm. 143


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