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TEMAS GENERALES la Aviación Naval, que finalmente refrendó su sucesor, el contralmirante Manuel de Flórez, el 15 de septiembre de ese mismo año 1917, justo tres meses después de asumir el cargo de ministro —y con el verano de por medio—, lo cual es también un indicio para pensar que este era ya un asunto en marcha, teniendo en cuenta todos los antecedentes descritos. Reflexiones y conclusiones Siguiendo en el análisis de esta cuestión al profesor Agustín Ramón Rodríguez González (12), podemos afirmar que «roza ya la genialidad el que Miranda prevea medios aéreos» no solo en la Ley Miranda, sino incluso en su primer proyecto de Programa Naval (13) en 1914, cuando todavía no había estallado la Primera Guerra Mundial y la aviación apenas tenía trascendencia naval. A lo que añade: «... Pero pronto iba a dar D. Augusto Miranda nuevas pruebas de su excepcional capacidad. El caso es que al mes y muy pocos días de presentar su proyecto, un Real Decreto de 2 de julio de 1914 autorizaba al ministro de Marina a presentar a las Cortes un nuevo proyecto de ley para llevar a cabo la construcción de un crucero de cinco a seis mil toneladas... Según nuestra visión de los hechos, Miranda comprendió rápidamente que la tan esperada como temida gran conflagración europea no iba a tardar en producirse... Así que, poniéndose literalmente “la venda antes de la herida”, consiguió asegurar al menos la continuidad de las obras en Ferrol con un gran buque (que sería el crucero Reina Victoria Eugenia, anterior a los cuatro de la Ley Miranda), a la espera de los dramáticos y decisivos acontecimientos que, sin duda, iban a producirse. Ello llevaría a replantear profundamente el proyecto de escuadra que había remitido a las Cortes... Así que, mostrando de nuevo una rapidez y flexibilidad que hubiera sido de desear en tantas ocasiones a lo largo de la Historia, ideó un nuevo programa enteramente distinto, retirando el anterior y ya rebasado por los hechos...». Debemos recordar, además, que lo logró en un período histórico durísimo, «de enormes dificultades», pues el almirante Miranda ostentó la cartera de Marina desde octubre de 1913 y durante prácticamente las tres cuartas partes de la contienda mundial (entre los años 1914-1918) y del primer año «de la todavía difícil paz» (1919). «Prueba de la gran capacidad de Miranda es que, (12) En La reconstrucción de la Escuadra. Planes Navales españoles, 1898-1920, Galland Books, 2010. Obra fundamental en el estudio de este período trascendental de la historia naval de España. (13) Conocido como I Plan Miranda, sancionado por Real Decreto de 29 de abril, fue publicado en la Gaceta de Madrid, n.º 130, de 10 de mayo de 1914. El ministro Augusto Miranda decidió retirarlo antes de su discusión en Cortes para modificarlo radicalmente en vista del estallido de la guerra europea en agosto de ese año. 18 Enero-feb.


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