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dossier tamaño de la fuerza y aumentando tipos de misiones y tempo de las operaciones), obligan a abordar algunos aspectos importantes: arreglar nuestras unidades de combate, fortalecer nuestros líderes y equipos conjuntos y construir una capacidad de mando y control multidominio. Mejorando nuestras unidades En los escuadrones, componentes fundamentales de nuestra capacidad de combate y de nuestra cultura, es en donde los aviadores pasan de estar cualificados a competentes y expertos en el desempeño de sus cometidos, donde forman su identidad institucional y el sentido de pertenencia y donde debe ocurrir la innovación, fundamental para mantener nuestra ventaja estratégica. Para revitalizar los escuadrones es preciso mejorar el espíritu de equipo, el liderazgo orientado a los objetivos y en la forma en la que el escuadrón está enfocado en la misión. El liderazgo es quizás el elemento más crítico porque es absolutamente fundamental para establecer el tono adecuado y para implementar la estructura de incentivos que impulsa el comportamiento correcto. El liderazgo es quizás el elemento más crítico porque es absolutamente fundamental para establecer el tono adecuado y para implementar la estructura de incentivos Sin embargo, para mejorar en estas áreas es preciso dar al personal el tiempo, las herramientas y el liderazgo para explorar, fracasar, aprender y prosperar. Reduciendo tareas adicionales y entrenamiento complementario y racionalizando la normativa (Air Force Instructions, AFIs) estamos consiguiendo tiempo para que el personal explore, investigue y dialogue con los mentores, permitiéndole pasar de los niveles de cualificación y competencia a los niveles de experto y dominio. En ese nivel de conocimiento el personal comprende cómo encaja su trabajo con el de otros y empieza a comprender los amplios tipos de misiones de nuestra Fuerza Aérea y solo entonces se dan las condiciones para una auténtica innovación que debe ser alimentada, además, con liderazgo y recursos adicionales diversos (desde simples herramientas de debriefing hasta complejos emplazamientos para ejercicios). Fortalecimiento de líderes y equipos conjuntos Es probable que los conflictos futuros, especialmente aquellos con competidores similares, se desarrollen muy rápidamente. Por ello, las capacidades de la fuerza aérea y del personal deben ser capaces de integrarse eficazmente en equipos conjuntos de combate en cualquier momento y estar listas para contribuir eficazmente a la acción conjunta desde el primer día, dado que los tiempos de reacción serán previsiblemente muy reducidos. Para ello, nuestros aviadores deben tener credibilidad en el ámbito conjunto que proviene del nivel adecuado de entrenamiento, formación y experiencias conjuntas necesarias para el papel que los aviadores están llamados a ejercer, credibilidad que debe ser valorada y recompensada en aquel personal que la alcance. Sin embargo, es preciso mantener un equilibrio entre un profundo entendimiento de las capacidades de la fuerza aérea con la necesidad de comprender el más amplio entorno conjunto. El desarrollo del mando y control multidominio Además de un entorno conjunto, los conflictos futuros serán también multidominio, lo que obliga a tener un sistema de mando y control (C2) que permita cambiar perfecta y dinámicamente entre dominios, mandos componentes y regiones para integrar efectos, objetivo éste de la iniciativa mando y control multidominio. El esfuerzo en operaciones multidominio no solo aumentará la capacidad para atacar y defender desde múltiples vectores, sino que mejorará las capacidades C2 para poder cambiar sin problemas y dinámicamente entre dominios, regiones y mandos componentes con la finalidad de asegu- 170 REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Marzo 2019


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