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TEMAS PROFESIONALES Sin que sirva de precedente, la teoría y la práctica parecen coincidir: es mejor un descanso de calidad, en períodos no interrumpidos, que hacer turnos de trabajo más cortos. Muchos de los lectores que han tenido la paciencia de aguantar hasta aquí, se habrán sorprendido de la propuesta velada de que el mismo personal monte la misma guardia día tras día. Esto podría tener varios inconvenientes. En primer lugar, es evidente que hay guardias que, a priori, son más llevaderas que otras. Existen dos posibles soluciones: que la guardia más antigua elija, y los más modernos (y habitualmente más jóvenes) «sufran» las peores; o establecer una rotación entre guardias después de cada puerto o tras cierto tiempo (recordemos, al menos, dos semanas). En segundo lugar, en muchos ejercicios, operaciones e integraciones en agrupaciones internacionales, el trabajo diario mantiene un mismo esquema a lo largo de los días, con lo que nos encontraríamos con una guardia a la que le tocaría hacer todos los ejercicios de guerra antisubmarina, otra que haría todas las operaciones de vuelo y una tercera que no haría nada, por ejemplo. Este problema tiene la misma solución que el anterior. En tercer lugar, según el horario de trabajos del barco, podría darse el caso de que alguna nunca tuviera trabajos fuera de su período de guardia, por estar exenta, o que perdiera gran parte de su tiempo de descanso en esos trabajos, en caso de no estarlo. A estos impedimentos se les puede dar solución en función de cuál sea el horario en concreto y, en cualquier caso, se verían compensados con creces con la posibilidad de ajustar nuestro reloj biológico y obtener un buen descanso. A continuación se plantea una serie de soluciones para intentar adaptar el régimen de guardias a nuestro reloj biológico con objeto de disminuir la fatiga y aumentar la seguridad y operatividad de nuestros barcos y la motivación de sus dotaciones. Partimos de la base de que contamos con el personal suficiente para poder establecer tres vigilancias, de menos a más atrevidas: — Estandarizar en la Flota las guardias de seis horas, con relevos a las 02:00, 08:00, 14:00 y 20:00 horas. Ventajas: mínimo impacto en la operatividad, buen horario de comidas, eficacia demostrada. Desventajas: turno cambiante que no permite la regulación del reloj biológico. — Adoptar las guardias de la Marina Mercante: seis turnos de cuatro horas con relevos a las 00:00, 04:00, 08:00, 12:00, 16:00 y 20:00 horas. Ventajas: mantenimiento del turno, eficacia demostrada, duración de las guardias «prudente». Desventajas: horario del almuerzo (la guardia entrante tendría que comer a las 11:00) y poco tiempo de descanso entre guardias. — Ajustar el horario anterior, estableciendo los relevos a las 03:00, 07:00, 11:00, 15:00, 19:00 y 23:00 horas. Ventajas: las mismas que la opción anterior, incluyendo un horario de comidas algo más parecido al que estamos habituados. Desventajas: sigue suponiendo un tiempo 2019 301


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