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una estructura operativa conjunta diferenciada de otros elementos. Como consecuencia, el diseño de sus plantillas queda condicionado a las vicisitudes del resto de Uco del Ministerio, incluida en este caso la UME y, además, al número de componentes de los cuerpos comunes. Por explicarlo de forma sencilla: al incluir en el mismo bloque todo lo que no es específico de los ejércitos, cada plaza que se asigna al Cuerpo de Músicas Militares o cada plaza asignada a la Yeguada Militar es una plaza menos para la estructura conjunta. Simultáneamente, Subdef dirigió el proceso de elaboración de las plantillas orgánicas de su competencia. Finalmente, aproximadamente un 55 % de los puestos conformaron la platilla del órgano central, organismos periféricos, autónomos, etc.; a la UME le correspondió un 25 % de los puestos y al resto del Emad le correspondió menos del 20 %: unos 2 400 incluyendo los del extranjero (unos 700). Como vemos, el número de elementos incluidos en la intersección 68  /  Revista Ejército n.º 935 • marzo 2019 de los tres ejércitos quedó muy limitado en el diseño. Cabe mencionar que los puestos en el extranjero se contabilizan también contra los límites establecidos para las aportaciones. Para estos puestos, los ejércitos suelen ser más flexibles a la hora de aplicar los límites de la aportación que cuando se trata de puestos nacionales. Aunque no es aconsejable regatear con ellos, dado nuestro compromiso con la defensa compartida y el innegable atractivo que tienen para el personal, tal vez sería necesario revisar su contabilidad en la aportación, especialmente si tenemos en cuenta que más de la mitad se asignan a propuesta de los ejércitos. La nueva plantilla orgánica supuso un incremento no desdeñable de unos 600 puestos, que aun así dejaba al Emad lejos del tamaño de las estructuras conjuntas de países de nuestro entorno como Francia, Reino Unido, Alemania, Italia o los Países Bajos, cuyas plantillas triplican, de media, a la española. No obstante, el hecho de que el puesto figure en la plantilla orgánica no quiere decir que esté listo para su ocupación. Es necesaria su inclusión en la correspondiente relación de puestos militares (rpm) y la consecuente dotación presupuestaria para asignarle los complementos económicos adecuados. Pese a que desde la Dirección General de Personal (Digenper) se ha dado prioridad a la activación de puestos en la Rpm del Emad, este esfuerzo se ha visto frenado precisamente por no disponerse de asignación presupuestaria suficiente. En este caso, es necesaria la aprobación del Ministerio de Hacienda y se entra en competencia con otros ministerios que también pretenden la activación de otros puestos de la Administración General del Estado. La Comisión Superior de Retribuciones Militares y por delegación su Comisión Ejecutiva, órganos con presencia de los ministerios de Hacienda y de Administraciones Públicas, son competentes para aprobar estas dotaciones, pero a nadie escapa que, dada la situación vivida en los últimos años, las trabas encontradas han sido numerosas. En la actualidad, en torno al 20 % de estos nuevos puestos siguen pendientes de activación. Tras la activación del puesto, hay que abordar el problema de cómo cubrirlo y, en la actualidad, la cobertura total apenas supera el 80 %, lejos todavía del 90 % teórico. A las mencionadas limitaciones del sistema de aportaciones y la competencia con el resto de órganos ajenos hay que añadir que por diversas razones no se cubren todos los puestos que se publican. Las motivaciones son diversas pero pueden incluirse en tres grupos: -- Puestos con perfiles demasiado exigentes en cuanto a titulaciones, idiomas, etc., para los que sencillamente no existe un suficiente número de personal. -- Falta de atractivo, bien por no cumplirse condiciones para el ascenso, bien por la posibilidad de ser penalizado en los procesos de evaluación o bien porque los incentivos (económicos, destinos posteriores,..) no compensan el cambio de estructura. -- El cálculo de las aportaciones no responde exactamente a la realidad de personal disponible, una vez consideradas circunstancias como el diseño de trayectorias profesionales. Como consecuencia de todo ello (activaciones, aportaciones, falta de peticionarios), desde diciembre de 2013 la cobertura de los nuevos puestos del Emad apenas ha superado el 50 %. De alguna forma, el espíritu de los antiguos ministerios de los ejércitos pervive en el subconsciente institucional y la contribución de personal al Emad (estructura operativa) sigue siendo un subconjunto formado por una intersección que no incluye todos los elementos necesarios. LA CUALIFICACIÓN DEL PERSONAL Siendo importante el aspecto cuantitativo de la cobertura, ninguna «La nueva plantilla orgánica dejaba al Emad lejos del tamaño de las estructuras conjuntas de países de nuestro entorno cuyas plantillas triplican, de media, a la española»


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