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TEMAS PROFESIONALES Pero esta no es una idea nueva; la aplicación y explotación de las posibilidades que ofrecía la incipiente revolución digital a la gestión integral de un teatro de operaciones comenzó a gestarse hace ya unas décadas en los Estados Unidos como parte de una amplia transformación, conocida como RMA (Revolution in Military Affairs), uno de cuyos pilares, si se me permite la simplificación, consistía en el concepto de un teatro de operaciones digitalizado e integrado, combinado con el empleo de plataformas stealth y armas guiadas de precisión. Otra razón de aquella transformación era la incipiente idea de considerar el ciberespacio como una nueva dimensión del campo de batalla. El teatro de operaciones ya no consistía en las tres dimensiones clásicas, sino que había nacido el concepto embrionario de lo que es hoy la guerra multidimensional. Los futuros conflictos se librarán simultáneamente en todos los dominios: tierra, mar, aire, espacio, ciberespacio y espectro electromagnético. La Segunda Guerra de Irak fue el exponente y la demostración práctica de esta doctrina. Un ejército iraquí formidable en número, pero con la visión prácticamente bidimensional de la guerra, se vio literalmente arrollado por una fuerza que combatía con un concepto multidimensional. ¿Qué es diferente ahora? En primer lugar, desde entonces las tecnologías digitales han experimentado avances sorprendentes, pero la verdadera diferencia es el resultado de que la Ley de Moore se ha ido cumpliendo de manera implacable; la tecnología de los microprocesadores ha continuado su progresión imparable, y hoy la capacidad de proceso de que se dispone es en varios factores superior a la que existía cuando inicialmente se formuló el concepto RMA. Es este ritmo de crecimiento exponencial de la capacidad del hardware el que permite la implantación de los demás atributos que conforman un espacio de operaciones totalmente integrado, como la capacidad de manejo y explotación automática de ingentes cantidades de datos (Big Data), la distribución de información automática entre distintas redes, la fusión de información de sensores diferentes, la realización de simulaciones prácticamente en tiempo real, la concentración de la potencia de fuego con precisión en el tiempo y el espacio, etcétera. En segundo lugar, no es únicamente que la electrónica haya experimentado un desarrollo sin precedentes, sino que se ha producido en el mundo comercial. Hemos pasado de una situación en la que el campo de la electrónica era casi exclusivo del mundo militar —ordenadores y lenguajes de software específicos para aplicaciones militares— a otra en la que su consumo civil ha 2019 497


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