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Provincias Unidas de Centroamérica. 1822 45 afrentas directamente con la república de Guatemala y especialmente con Nicaragua, por donde se atisbaba el posible trazado de un canal transoceánico. Hasta 1894 no se acabaría con el teórico reino de la Mosquitía, después de muchos desórdenes y revoluciones en las tierras nicaragüenses. Ya solo quedaba la Honduras británica en la costa firme caribeña. Esta Honduras británica había crecido, y mucho, pues desde el último desencuentro con España los cortadores de maderas habían avanzado hacia el sur y habían doblado la superficie ocupada desde el río Simbun hasta el río Sarstun, y las autoridades inglesas aprovecharon la debilidad de las nuevas repúblicas para que esta ocupación de facto adquiriese las características de algo irreversible. La perdedora de la situación ya no era España, era Guatemala, y también México, que cedería territorio a los ingleses en el norte, en la línea del río Hondo, en 1893. El antiguo territorio ilegalmente ocupado se había convertido en una gran colonia británica. Los guatemaltecos, mientras tanto, no se habían quedado quietos y, pese a su convulsa situación interna, habían denunciado mediante notas diplomáticas lo que consideraban la ocupación de su territorio, pues entendían que esa franja entre los ríos Simbun y Sarstun era territorio de la española Capitanía General guatemalteca y, por lo tanto, les pertenecía a ellos como heredera de los derechos de España. Para 1859 llegan a un acuerdo con los británicos en el que reconocen los límites, pero a cambio de unas compensaciones en forma de construcción de vías terrestres y accesos al mar para las provincias del Petén, y seguidamente, en 1862, Inglaterra declara oficialmente la Honduras británica como colonia. La segunda parte del acuerdo nunca será cumplida por Inglaterra y ahí nace el diferendo que dura hasta hoy. Guatemala denuncia el acuerdo en distintas ocasiones. LA ÉPOCA MODERNA Con el siglo xx llegó el dominio absoluto por parte de los Estados Unidos del territorio caribeño y, durante años, la política de las cañoneras, el big stick de Theodore Roosvelt, fue la tónica habitual en las relaciones impuestas desde Washington. En Guatemala la tónica fueron los gobiernos dictatoriales y el creciente imperio de la United Fruit Company5. Con la creación de la Organización de Estados Americanos (oea) y la Doctrina de Buena vecindad de F. D. Roosvelt parecía que se había erradicado el empleo del cuerpo de marines (usmc) como herramienta de política exterior, pero esa etapa se truncó con la revolución progresista y militar de octubre de  1944. La llegada al gobierno de Jacobo Arbenz en 1950, a quien, por su proyecto de reforma agraria y el supuesto peligro comunista que representaba, los Estados Unidos aplicaron las nuevas técnicas de intervención de mano de la Agencia Central de Inteligencia (cia), representó el inicio de un nuevo período de relaciones de los Estados Unidos con los países iberoamericanos. Tras el derribo de Arbenz, en 1954, el país entra en una dinámica de gobiernos débiles y dictaduras sangrientas acompañadas de una feroz guerra civil que durará hasta 1996. En la actualidad se mantiene en una aparente estabilidad democrática dominada por la falta de seguridad de las personas, la endeblez del Estado de derecho y sobre todo una extraordinaria corrupción institucional. Por su parte Belice, cuya economía se había sustentado históricamente en la corta de madera a manos de esclavos, después esclavos manumitidos y mantenidos en condiciones laborales de semiesclavitud, empieza a tomar conciencia nacional a partir de la crisis de 1929, que se manifiesta en el país de forma brutal ante la caída de la demanda de su monocultivo, la madera, y el remate de un tremendo huracán. Las huelgas y los disturbios dan como resultado la legalización de los sindicatos. Tras la Segunda Guerra Mundial, en la que participa gran parte de la juventud belicense, y el período de tranquilidad en Belice, vuelven las penurias económicas, y en 1949 nace el Comité del Pueblo, padre del posterior Partido Unido del Pueblo (PUP). La reclamación de la independencia es ya un hecho. El principio de autodeterminación de los pueblos colonizados declarado por las Naciones Unidas lleva a los británicos a conceder el autogobierno en 1964. Para 1973 se cambia el nombre del país al de Belice y, entre otras cosas, justificándose en el contencioso con Guatemala, los británicos retrasan la independencia hasta septiembre de 1981. Eso sí, con formato de monarquía parlamentaria, la reina de Inglaterra es el jefe de Estado y


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