Algunos sitiadores de la posición de Baler. Entre ellos los dos desertores de origen filipino
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al enemigo el más mínimo indicio
que delatase su lamentable estado,
la epidemia de beriberi, el número
de bajas, los víveres remanentes o
incluso el deterioro de los equipos.
Para las fuerzas sitiadoras conocer
el desarrollo de la campaña y la rápida
capitulación de destacamentos
mejor pertrechados y de mayor
entidad, no solo resultó ineficaz
sino incluso desfavorable. Tampoco
supieron aprovechar la delicada información
sobre rutinas, defensas,
víveres y municiones obtenida de los
desertores.
La fortuna de conseguir agua sin
necesidad de exponer vidas en su
búsqueda es un punto básico para
entender el éxito de la empresa. A esto
hay que unir la sólida construcción de
la iglesia, la preparación magistral de
las defensas y una gestión diligente
de víveres y municiones. Fue también
providencial contar con el cargamento
de palay del padre Gómez-Carreño,
que permitió prolongar la defensa
cuando la despreocupación inicial
por las necesidades alimentarias se
convirtió en desasosiego. Tampoco
debemos olvidar la ventaja de contar
con un armamento adecuado y municiones
en abundancia.
En cuanto al componente humano,
la lealtad y compromiso de un grupo
cohesionado de soldados con adecuada
formación militar y experiencia
en combate facilitó en grado sumo la
labor de unos oficiales competentes
y seguros en su mando. Aunque
lo sencillo hubiera sido capitular,
siguieron el artículo 748 del Reglamento
de Campaña4 y desestimaron
promesas aceptando sacrificios.
Esto, junto a la presencia del médico
—que estando gravemente herido y
enfermo de beriberi continuó atendiendo
a enfermos y heridos— hizo
posible que podamos estar hablando
de la gesta de Baler. Podían resistir y
resistieron.
NOTAS
1. Martín Cerezo, Saturnino: El sitio
de Baler. Notas y recuerdos.
2. Martín Cerezo. Opus cit.
3. Doce habían formado parte del
destacamento Motta y uno, Timoteo
López Lario —a la postre el soldado
que más tiempo permaneció
en Baler— del destacamento Roldán.
4. «Recordando que en la guerra son
frecuentes los ardides y estratagemas
de todo género, aún en el
caso de recibir orden escrita de la
superioridad para entregar la plaza,
suspenderá su ejecución hasta
cerciorarse de su perfecta autenticidad,
enviando, si le es posible,
persona de confianza a comprobarla
verbalmente».
BIBLIOGRAFÍA
-- Leiva, Miguel; López de la Asun
ción, Miguel Ángel: «Los Últimos
de Filipinas. Mito y realidad del Sitio
de Baler». Actas. San Sebastián
de los Reyes, 2016.
-- Martín Cerezo, Saturnino: «El sitio
de Baler. Notas y recuerdos».
Primera edición, taller tipográfico
del Colegio de Huérfanos. Guadalajara,
1904.
-- Minaya, Fray Félix: «Defensa de Baler
o sucesos ocurridos en el pueblo
de Baler durante la Insurrección
de Filipinas y prisión de los padres
franciscanos». Manuscrito. Sin fecha.
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