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su estrategia del «Collar de Perlas» que la India consideró como un auténtico
cerco. Ahora se dedica diligentemente a desafiar el balance de poder en el
océano Índico. Su pasado en la ocupación militar ilegal del mar del Sur de
China por agresivos y arriesgados métodos militares y navales ha puesto a las
grandes potencias sobre aviso en cuanto a sus intenciones estratégicas: el
dominio del mar de China Meridional.
Su presencia naval en el océano Índico comenzó con su participación en
patrullas navales internacionales en el golfo de Adén para evitar la piratería
somalí. Pronto, al amparo de estos actos, desplegó sus submarinos nucleares.
China emprendió la línea de acción de estrategia marítima denominada el
«Collar de Perlas», que consiste en el arrendamiento por tiempo limitado de
puertos de aguas profundas para sus líneas de aprovisionamiento marítimo
hasta Oriente Medio, así como cierta libertad en sus acciones marítimas y
militares. Además, permite a China contar con las bases navales siguientes: El
Pireo, Yibuti, Gwadar (Pakistán), Hambantota (Sri Lanka), Chittagong
(Bangladesh), islas Andamán (India), canal Kra (Tailandia), Cambatong (Filipinas),
isla de Hainan (China).
La Ruta Marítima de la Seda no ha recibido apoyos notables de ninguna
potencia avanzada cuyo comercio utilice las vías que atraviesan estas extensiones.
Las naciones asiáticas económicamente viables y fuertes, a lo largo de
las rutas marítimas y terrestres de desarrollo económico de China, se han
unido a ellas con inversiones masivas para infraestructuras asociadas (pero a
un interés elevado), que llevan a estos países a contraer severas deudas con
China.
El establecimiento por parte de China de una base naval en Yibuti es un
buen ejemplo de la ampliación de su estrategia marítima. El acceso e inversiones
en puertos como Gwadar en Pakistán, Hambantota en Sri Lanka y en las
Maldivas facilitan el apoyo logístico marítimo. Otro punto de interés en relación
con la configuración geográfica de la Ruta Marítima de la Seda China es
que ha ido aumentando día a día, atrayendo cada vez a más naciones económicamente
débiles.
Los movimientos de China en el Pacífico Occidental afectan a los Estados
Unidos. China ha intentado alcanzar múltiples objetivos estratégicos mediante
la ocupación militar ilegal del mar del Sur de China para garantizar el dominio
del espectro completo. Asimismo, se ha esforzado por limitar la Doctrina
Aire-Mar de los Estados Unidos de intervenciones militares cercanas contra
ella y ha logrado la capacidad militar para obstaculizar inicialmente la transferencia
de sus flotas desde el Pacífico al Índico y viceversa. Pekín está en
condiciones de estrangular las economías de Japón y Corea del Sur. Esta
estrategia general está destinada a provocar que Estados Unidos abandone el
Pacífico Occidental.
El impacto en la India de esta estrategia abarca un campo mucho más
amplio, porque China se encuentra en una confrontación militar directa con la
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