TeMaS PROFeSiOnaLeS
India en las fronteras del norte, con el Tíbet ocupado. Existe una creciente
presencia naval de China en el Índico, facilitada por la complicidad de Pakistán,
ya que está estratégicamente preocupada en este océano, que comprende
un área donde la India encuentra un fuerte apoyo de los Estados Unidos,
Japón y Australia y de los países de Europa occidental. Todos ellos apoyan los
esfuerzos de la India para garantizar que el Índico no se transforme en una
extensión marítima en la que China logre establecer el dominio naval. Esta
convergencia estratégica de las grandes potencias globales de la que India
disfruta es extremadamente irritante para China.
La pregunta crucial que surge a continuación es si la seguridad de la zona
indo-pacífica corre el peligro de verse afectada negativamente por los propósitos
de China de extender sus tentáculos, tanto en alta mar como en la masa de
Asia Central. En ese caso, ¿qué pasos lógicos pueden tomar Estados Unidos,
India, Japón y Australia? Sin duda, existen fuertes imperativos para que estos
países, además de otras naciones asiáticas en las periferias de China, cooperen
intensamente para garantizar que tanto el mar del Sur de China como el océano
Índico se mantengan libres de cualquier tipo de turbulencia generada por
Pekín. Si sigue aumentando la desconfianza por el exceso de actividades
navales chinas, no es descartable que las Naciones Unidas tomen la delantera
en la organización de patrullas internacionales. Estados Unidos y Japón participan
ya en ellas en el mar del Sur de China, y posiblemente los países de
Europa Occidental y Australia se unirán pronto. India mantiene una presencia
naval rotatoria en estas aguas.
Estrategia marítima de China
De lo expuesto anteriormente se deduce claramente la importancia mundial
de China, que cuenta con la demografía como factor predominante de su
geopolítica y está experimentando un auge sin precedentes, que le ha llevado
a ser la primera potencia comercial del mundo. A su favor juegan su presencia
comercial en el ámbito global y el hecho de haberse convertido en el banco
mundial, entre otras razones por la enorme cantidad de divisas que posee. Su
factor estratégico más débil es la carencia de reservas energéticas suficientes,
por lo que necesita suministro exterior, entre ellos el de Rusia, que por la futura
Ruta del Norte del Ártico, próxima a abrirse gracias al calentamiento terrestre,
puede satisfacer sus necesidades. La estrategia china parece preparada
para infligir pérdidas sustanciales a las fuerzas norteamericanas en un período
muy corto de tiempo, alargando las líneas operativas estadounidenses y destacando
la imposibilidad de apoyar a sus bases. Su estrategia marítima se centra
en la defensa de los mares próximos y en la protección de los lejanos, lo que
incluye mantener sus líneas de comunicaciones energéticas, cuya demostración
es el «Collar de Perlas» y la conocida como estrategia OBOR (One Belt,
948 Junio