M I S C E L Á N E A S
25.164.—Desgracia
«Curiosidades que dan las escrituras antiguas, quando hay paciencia
para leerlas, que es menester no poca.»
Ortiz de Zúñiga, anales de Sevilla, lib. 2, p. 90.
La ocurrida durante la
visita a Ferrol de la
reina regente y el futuro
Alfonso xIII en la mañana del día 3 de
septiembre de 1900 en el edificio de Capitanía.
Todo sucedió mientras se ultimaban los
preparativos para la recepción regia. El hijo
menor de cuatro años del capitán general,
contralmirante Luis Pastor y Landero, se
encontraba asomado en uno de los balcones
de la segunda planta mirando los adornos que
se estaban colgando en el palacio.
Tanto despertó la curiosidad del niño
aquellos trabajos de engalanado que inclinó
su cuerpecito demasiado fuera del balconcillo,
perdiendo fatalmente el equilibrio, por
lo que se precipitó al suelo muriendo en el
acto. Debido al desgraciado accidente, como es
lógico, Luis Pastor no acudiría a recibir a la
Reina cuando arribó el Giralda a la capital
departamental en la tarde de aquel funesto
día, siendo informada aquella del suceso por
el comandante de Marina. Maria Cristina
ordenó entonces a un funcionario que le diera
en su nombre el pésame y que se suspendiera
la recepción que debía hacerse en la Capitanía.
Dicha recepción, se verificaría al día
siguiente al ser trasladado el cadáver del niño
al domicilio de Nicasio Pérez, ex alcalde de
Ferrol y presidente en aquel momento de la
Cámara de Comercio de la ciudad.
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