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radar y una más eficaz planta de renovación de aire. Estos son: Vermont
(SSN-792), Oregon (SSN-793), Montana (SSN-794), Hyman G. Rickover
(SSN-795), new Jersey (SSN-796), iowa (SSN-797), Massachusetts
(SSN-798), idaho (SSN-799), arkansas (SSN-800) y Utah (SSN-801).
— Bloque V. Se pretende que los submarinos de este grupo incorporen el
Virginia Payload Module (VPM) que permitirá incrementar la capacidad
para portar misiles guiados de crucero cuando los SSGN de la
clase Ohio sean retirados del servicio. Constituirán la próxima generación
de submarinos nucleares que serán entregados a partir de 2024 o
2025. Los numerales van desde el SSN-802 al SSN-811. Está previsto
incrementar la eslora en unos 20 metros para aumentar su capacidad
de carga de misiles Tomahawk de 12 a 40. Esta disponibilidad adicional
coincidirá con el comienzo de la baja de aquellos submarinos
balísticos de la clase Ohio modificados como SSGN.
— Bloques Vi y Vii. El proyecto preliminar de los cinco del Bloque Vi
(SSN-812 al SSN-816) y los cinco del Bloque Vii (SSN-817 al SSN-
821) y su futuro diseño, denominado improved Virginia, será evaluado
en 2034 con el fin de que entren en servicio en 2044.
Por lo tanto, la serie Virginia son: Bloque i, cuatro submarinos; Bloque ii,
seis; Bloque iii, ocho; Bloques iV y V, diez respectivamente; Bloques Vi y
Vii, cinco cada uno. Es decir, 48 unidades, de acuerdo con lo que se había
previsto inicialmente.
Aunque se trata de SSBN, debemos reseñar la construcción de una flota de
12 nuevos submarinos nucleares balísticos que constituirán la clase Columbia
(SSBN-826 al SSBN-837) y que para abaratar costes incorporarán algunos
equipos y sistemas del Bloque V de la serie Virginia. Actualmente se encuentran
en fase de diseño, su presupuesto se eleva a 128.000 millones de dólares
y deberán tener un ciclo de vida de 2031 hasta 2085. Sustituirán a los 14 de la
clase Ohio, construidos entre 1983 y 1987.
Estos nuevos submarinos serán el tercer programa armamentístico más
caro de Estados Unidos. Solo la fase de diseño y desarrollo tecnológico costará
alrededor de 4.200 millones de dólares y la construcción del primer buque
se estima en 6.200. Los demás supondrán al menos 4.900 millones por unidad.
A corto plazo, la US Navy estima que el gasto en adquisiciones de submarinos
aumente a 2.800 millones de dólares en el año fiscal de 2019 y a 5.100
millones en 2022.
A medida que los submarinos entran en servicio, a las desorbitadas cifras
de proyecto, la construcción y pruebas de entrega, cada unidad requiere su
presupuesto para el mantenimiento desde el primer escalón, realizado a
bordo por la propia dotación, seguido de los niveles que precisan auxilio de
instalaciones en tierra hasta la inmovilización para operaciones complicadas,
lo que supone un gasto comparable al de la construcción. Por esta razón,
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