TeMaS GeneRaLeS
Los difíciles orígenes: llegada del vapor
A la hora de plantearse en nuestro país la aplicación y manejo del vapor
para la propulsión naval, a principios del siglo xIx, no se contaba con la más
mínima infraestructura fabril o con la experiencia necesaria que soportara la
fabricación, manejo y mantenimiento de las nuevas maquinarias ni, por
descontado, con los conocimientos científicos o base académica para la
formación de los futuros utilizadores.
La intromisión del vapor y de los hombres encargados de su empleo
supuso alterar usos y costumbres muy arraigados durante siglos entre la
gente de mar: el romanticismo de la vela y el arte de su manejo; la existencia
de una sola energía —la eólica— para el gobierno de las naves; la prevalencia
de la hidalguía y el pedigrí genealógico en el ámbito de
la Armada; la concentración casi unipersonal, milenaria, del saber de la
navegación; los conocimientos tácticos para la guerra en la mar; la ausencia
de elementos discordantes (humos, carbón, aceite…) con la imagen y la
estética ligadas de siempre con la institución naval en el imaginario popular…
Por todo, se hizo complicada la aceptación de las nuevas técnicas y de
los hombres usuarios de ellas, los maquinistas. Y esta disonancia marcó, con
mayor o menor intensidad, el devenir del Cuerpo durante sus casi cien años
de existencia.
Vapor isabel ii (1834).
852 Junio