TeMaS GeneRaLeS
zas Navales», obra del almirante Santiago Durán y Lira, por entonces ministro
de Marina. En él —denominado en ocasiones «Informe Durán»— se abogaba
por reforzar la presencia naval en la zona ante posibles amenazas en las vastas
posesiones españolas, que incluían no solo las Filipinas, sino también las
Marianas, las Carolinas y las Palaos.
No puede afirmarse que las autoridades españolas atendieran las peticiones
del almirante Durán, no porque las considerasen fuera de lugar, sino debido a
la penuria de medios materiales. En cualquier caso, el interés por el crecimiento
de la Armada japonesa siguió muy presente y por ello, ya en 1882, el
jefe de la legación española pedía al Ministerio de Estado que estudiara la
viabilidad de acreditar a un agregado naval en Japón.
Hubo que esperar hasta 1892 para que se produjera la segunda visita
oficial de buques de la Armada a Japón. En concreto, en junio de ese año arribaron
a Yokohama los cruceros Reina Cristina y Don antonio de Ulloa, al
mando del contralmirante Gabriel Pita da Veiga. La visita fue también un gran
éxito y culminó con una audiencia de la emperatriz Haruko a los oficiales
españoles. Además, tras entrevistarse con autoridades japonesas, el contralmirante
tranquilizó a sus superiores en Madrid acerca del supuesto interés japonés
por algunas posesiones españolas en el Pacífico.
En vista de los provechosos réditos de estas escalas de buques en Japón y
la propia insistencia de la legación española en Yokohama, el Gobierno apro-
El crucero Don antonio de Ulloa visitó Japón en junio de 1892. (Foto: www.armada.mde.es).
2019 881