TeMaS GeneRaLeS
Afganistán (1979-1992), la del Golfo (1990-1991) y la Guerra Civil de Guatemala
(1960-1996), entre otras. La característica común de todas ellas es que
tuvieron lugar en el período de la Guerra Fría y que los contendientes, según
su ideología política, estaban respaldados por Estados Unidos, Rusia, China u
otros.
Como consecuencia de esta situación comenzó una frenética actividad, sobre
todo en Estados Unidos y en la Unión Soviética, con objeto de conseguir una
manifiesta superioridad en la producción armamentista. Para ello se recurrió a
las industrias más avanzadas para lograr nuevas armas basadas en la experiencia
obtenida al final de la Segunda Guerra Mundial: la energía nuclear.
Paralelamente, ambos bloques pusieron en marcha un férreo espionaje con
el fin de que la otra parte no consiguiera distanciarse ni en cantidad ni en
potencia destructiva. Los objetivos perseguidos eran las instalaciones en tierra
y la fabricación de submarinos nucleares.
Instalaciones en tierra
El primer paso consistió en la fabricación de ojivas nucleares como arma
de destrucción masiva, que serían transportadas en misiles balísticos intercontinentales
instalados en lugares estratégicos. Estados Unidos consiguió una
ventaja de unos cuatro años sobre la Unión Soviética.
Fue tal la potencia destructiva acumulada en un corto plazo que ambas
partes llegaron al convencimiento de que si utilizaban todo el arsenal nuclear
disponible se eliminaría todo vestigio de vida animal y vegetal sobre nuestro
planeta. Por ello, en julio de 1968 una comisión elaboró el Tratado de No-
Proliferación Nuclear (NPT, Nuclear Non-Proliferation Treaty), al que se
fueron adhiriendo —además de Estados Unidos (1968) y la Unión Soviética
(1968), posteriormente Rusia— el Reino Unido (1968), Francia (1992) y
la República Popular China (1992). Entró en vigor el 5 de marzo de 1970 y es
apoyado por la gran mayoría de los Estados soberanos (190). El tratado constituye
un sistema basado en tres pilares fundamentales: la no-proliferación, el
desarme y el uso pacífico de la energía nuclear.
Los compromisos se recogen en una serie de artículos donde fundamentalmente
los Estados Nuclearmente Armados (NWS) se comprometen a no
transferir tecnología nuclear ni tecnología sobre armas nucleares a otros
países.
Los Estados No Nuclearmente Armados (NNWS) se comprometen a no
desarrollar armas nucleares y a someterse al cuerpo regulador nuclear
de Naciones Unidas. Sin embargo, se respeta el derecho de todos los Estados
a la energía nuclear para fines pacíficos.
No obstante, como es tradicional cuando se firma un acuerdo internacional
de limitación o reparto de fuerzas, como el Tratado Naval de Washington
834 Junio