TeMaS PROFeSiOnaLeS
en la Lista Oficial de Buques de la Armada (LOBA) a base de alargar la vida a
las unidades existentes, recuperar algunos buques en la reserva y sobre todo
apoyar a los astilleros nacionales con un ambicioso programa de construcciones
navales. Gracias a este plan, iniciado por Reagan en su segundo mandato,
se construyeron los 18 submarinos balísticos SSBN clase Ohio, los 10 portaviones
nucleares clase nimitz, los 62 submarinos nucleares de ataque clase
Los Ángeles y los 27 cruceros clase Ticonderoga con el sistema de combate
Aegis; asimismo se inició la larga serie de 66 destructores clase arleigh Burke
que todavía continúa y las 51 FFG clase Oliver Hazard Perry, similares a las
españolas clase Santa María, e incluso se recuperaron y modernizaron los
cuatro acorazados clase iowa, entre otras iniciativas. El plan de 600 buques
pretendía ante todo que no se diera de baja un solo navío sin que su reemplazo
estuviese en las gradas del astillero, con el objeto de mantener la cifra mágica
de 600 buques de combate en activo. Pero para bien o para mal cayó el Muro
de Berlín en 1989, y con él se desplomaron todos los presupuestos de Defensa
del mundo occidental, incluido el de Estados Unidos que, pese a las dimisiones
de los diferentes secretarios de Defensa, nunca llegó a alcanzar el nivel de
la era Reagan, por lo que la cifra de buques en la Marina norteamericana se
posicionó hasta llegar al número actual de 255 unidades de combate, cantidad
que se pretende incrementar en un centenar y cuya realización, posible o no,
es el objeto de este artículo.
La situación actual
Al hablar de los buques de la Marina norteamericana, hay que establecer
varias clasificaciones, pues actualmente batiendo el pabellón y el torrotito de
las barras y estrellas hay un total de 488 navíos, lo que a primera vista nos
puede dar una idea de que no se está tan lejos de los 600 buques de la era
Reagan en confrontación con la Flota soviética. Pero si descartamos lo que en
el lenguaje naval norteamericano se denominan non-comissioned ships, es
decir, buques no combatientes en su mayoría de apoyo logístico (106), más
los de apoyo en puerto y científicos (63), los de la reserva activa —casi todos
de transporte— (52) y los que están en la reserva o inactivos (12), nos da la
nada despreciable cifra de 233 buques no combatientes a descontar de los 488
del total, lo que nos deja tan solo 255 aptos para el combate, cantidad que
pretende elevar la Administración a 355 unidades combatientes en un período
de 15 años, algo que no parece imposible, pues si no hubiese desguaces en
todo ese tiempo bastaría con incrementar cada año en 6,7 unidades la LOBA.
Desgraciadamente, la vida operativa de un buque de guerra normalmente
se limita a 30 años, con algunas excepciones, como las de los portaviones
nucleares, en los que —por su elevadísimo costo, próximo a 10.000 millones
de dólares— se hace un esfuerzo en su mantenimiento para conservarlos en
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