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Para reemplazarlas se inició un nuevo tipo denominado buque de combate
en el litoral o littoral combat ship (LCS) que no ha tenido una gran acogida en
la Marina estadounidense y que además se encuentra dividido en dos diseños
muy diferentes procedentes de sendos astilleros y de los que se han contratado
un total de 38 de los 55 inicialmente programados, 19 de la clase Freedom y
numeral impar, con un monocasco en forma clásica diseñado y construidos en
los astilleros de Marinette Marine, y 19 de la clase independence, con numeral
par y un casco en forma de trimarán y construidos por Austal USA. Según las
autoridades navales, el diseño monocasco del Freedom le hace especialmente
adecuado para mares cerrados y de Oriente Medio, mientras que el trimarán
del independence tiene más salida en la inmensidad del Pacífico dada la alta
velocidad y estabilidad de su gran manga de 32 metros, que puede desarrollar
una velocidad máxima próxima a los 50 nudos. Quizás uno de los mayores
errores en el diseño de estos buques ha sido creer que eran polivalentes y servían
tanto para la guerra de superficie y submarina como para la anfibia y de
minas con el simple cambio de unos módulos embarcables, sin reparar en su
vulnerabilidad frente a un ataque aéreo; de ahí su recorte en 20 unidades de
las originalmente previstas y el cambio de rumbo hacia la construcción de una
veintena de fragatas clásicas, denominadas FFG (x), pendientes de asignar,
con unas capacidades similares a las de un destructor de mayor desplazamiento
y costo.
Programas actualmente en marcha
Los astilleros norteamericanos tienen sus gradas ocupadas por unos 40
buques de diferentes tipos y en diversas fases de construcción, que entrarán en
servicio en el próximo quinquenio y que teóricamente servirían para mantener
el número actual de 255 buques de combate, por lo que deberán tener previsto
un esfuerzo adicional para no solo mantener esa cifra, sino también para
incrementarla en 100 unidades en 25 años, siempre y cuando los presupuestos
de Defensa de la US Navy lo permitan, si bien, y siempre según expertos
analistas, habría que aumentar los 61.100 millones de dólares anuales dedicados
a las adquisiciones —y que suponen el 30 por 100 del presupuesto anual
de la Marina— en unos 6.000 adicionales para construir las unidades requeridas.
Paralelamente, en lista de espera hay otros 31 buques pendientes de la
orden de ejecución por parte de los astilleros, que sumados a los 40 anteriores
hacen un total de 71 unidades que en un plazo máximo de 10 años deberían
entrar en servicio.
Clasificando por tipos las futuras unidades, hay dos portaviones nucleares
en construcción y dos pendientes de orden de ejecución; en principio se
pretende aumentar el númerus clausus de 11 a 13 CVN. De los buques de
asalto anfibio tipo LHA hay dos en construcción y otros dos pendientes de la
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