RUSIA Y EL CONFLICTO
EN LA ZONA GRIS
EN LA REGIÓN BÁLTICA
Javier JORDÁN
Grupo de Estudios en Seguridad Internacional (GESI)
Universidad de Granada
USIA es la «amenaza híbrida» por excelencia en los
documentos y declaraciones públicas de la Alianza
Atlántica y de la Unión Europea. En este trabajo
vamos a centrarnos en las estrategias multidimensionales
empleadas por Moscú en la región báltica,
una falla geopolítica donde colisionan las placas
tectónicas de Rusia y OTAN.
Antes de nada recordemos a qué se refiere el
término zona gris, preferible en opinión de este
autor al mucho más difuso de hybrid warfare. Se
trata del espacio intermedio en el espectro de
conflicto político que separa la competición acorde
con las pautas convencionales de hacer política (blanco) del enfrentamiento
armado directo y continuado (negro). El conflicto en la zona gris gira en torno
a una incompatibilidad relevante para al menos uno de los actores. Las estrategias
utilizadas son multidimensionales, de implementación gradual y con
objetivos a largo plazo (Jordán, 2018: 133). En términos generales, recurre al
conflicto en la zona gris quien no puede o no quiere resolver sus problemas
estratégicos mediante la diplomacia o la guerra. Como veremos a lo largo de
estas páginas, Rusia protagoniza actualmente una disputa de estas características
en la región del Báltico.
Intereses y objetivos de Rusia en la región del mar Báltico
La región báltica posee una destacada importancia geopolítica desde la
perspectiva de Moscú. Los objetivos de la acción exterior rusa en la región
son los siguientes:
— Ocupar una posición ventajosa desde el punto de vista político o, dicho
de otro modo, convertirse en la potencia más poderosa de la región: la
2019 913