TeMaS PROFeSiOnaLeS
— Intromisiones en las aguas territoriales con submarinos navegando en
superficie. En otros casos se sospecha que la intrusión se ha producido
con el submarino en inmersión. En abril de 2014 la Marina de Guerra
finlandesa lanzó varias cargas de profundidad de aviso contra un
submarino de nacionalidad desconocida en las proximidades de
Helsinki. En octubre de ese mismo año, Suecia estuvo buscando
durante una semana otro submarino, del que no se conocía su procedencia,
en el archipiélago de Estocolmo (Oliphant, 2015).
— Acoso puntual de buques que navegan en aguas internacionales. Los
dos casos más conocidos han tenido como protagonistas al destructor
USS Donald Cook —con base en Rota— y a aviones SU-24M desarmados
que pasaron junto él a cierta distancia en abril de 2014 (a unos
1.000 m) y de 2016 (mucho más cerca, ver figura 3), practicando posiblemente
ataques simulados, en cualquier caso como demostración de
fuerza. En torno al episodio de 2014, algunos medios de comunicación
rusos difundieron el rumor falso de que los equipos de guerra electrónica
del S-24 habían apagado los sistemas del destructor norteamericano,
incluyendo el Aegis (McDermott, 2017: 12). Un ejemplo de la
combinación del instrumento militar e informativo.
— Empleo de buques militares para molestar el desarrollo de actividades
económicas. En 2015 los gobiernos de Suecia y Lituania denunciaron
la interferencia de buques de guerra rusos en los trabajos de instalación
de una línea submarina de suministro eléctrico que disminuía la
dependencia lituana del mercado ruso (Zander, 2015).
— Publicitación del despliegue de sistemas de misiles Iskander en Kaliningrado
o en la proximidad de las fronteras con Polonia y países bálticos.
Son despliegues programados con antelación, pero a los que Rusia
da publicidad —y encuentra eco alarmista en medios de comunicación
occidentales— cuando coinciden con aspectos de las políticas europeas
o norteamericanas que desagradan a Moscú (Giles, 2016: 23).
— Ejercicios militares a gran escala en el Distrito Militar Oeste ruso. En
realidad el supuesto del ZAPAD 2017 simuló una defensa y posterior
contraataque a una agresión proveniente de los países bálticos, por lo
que no son explícitamente intimidatorios. No obstante, esas maniobras
—al igual que otros ejercicios estratégicos anuales— hacen patente la
mejora sustancial de las capacidades militares rusas, incluyendo la de
despliegue y sostenimiento de una fuerza de varias decenas de miles
de efectivos. Lo pretenda o no, Moscú muestra una herramienta creíble
y efectiva con la que en un momento dado puede influir sobre
otros países (Norberg, 2018: 15, 48-49). Son un show of force, cuya
intención estratégica última queda en el terreno de lo especulativo.
Otro aspecto a señalar es la confusión generada por Moscú sobre el
número de efectivos que realmente toman parte en lo que Rusia llama
924 Junio