Es curioso pensar que el ejercicio rey de entre todos los que realiza el Ejército del Aire porta el nombre de una estrella del firmamento. No es una estrella cualquiera, es la estrella que más luz proyecta, que más luminosa es, la que se ve desde todos los confines de nuestro planeta debido a su situación casi en la vertical del ecuador de la Tierra. Ha sido referente de civilizaciones anteriores, de facto su nombre proviene de la asociación con el dios egipcio Osiris, aunque posteriormente se cambiara por otra nomenclatura latina, que la convirtió en parte de la constelación con nombre de especie animal (Cannis). Sin embargo, lo más importante de este astro para los que habitamos nuestro planeta es su condición de permanencia y de alta visibilidad, de utilidad (sirvió para conocer el calendario de las crecidas del río Nilo), de estar constituido por varias partes que configuran el todo (en realidad Sirio está formado por al menos dos estrellas blancas, aunque sus movimientos espaciales hacen pensar en que en realidad hay otro astro oculto en Sirio). Y son esas características las que hacen que el ejercicio interno más importante del Ejército del Aire, comparta el nombre. El ejercicio Sirio 2019, es el que más visibilidad tiene dentro de los que se realizan para entrenar a las unidades pertenecientes a nuestro ejército, el que está siempre ahí año tras año para proporcionar no solo entrenamiento, sino conocimiento sobre los que hay que mejorar o cambiar en los procedimientos, incluso matizando las capacidades aéreas. Además, como la estrella del firmamento Sirio, está compuesto de otros ejercicios que desarrollan cada una de las capacidades militares aéreas. Sirio es un buen nombre para este ejercicio… 528 REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Julio-Agosto 2019
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