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anual de empleo de alrededor de 7000 plazas, sujetas a la satisfacción de las condiciones específicas y a la presentación al concurso correspondiente. Una parte de esas plazas están afectadas de condiciones de acceso por promoción interna o, alternativamente, son objeto de reserva para personal militar. En la reserva de plazas en las Administraciones autonómicas y locales, así como en la promoción y oferta de empleo por parte de las confederaciones de empresarios, juegan un papel muy relevante los convenios2, que constituyen un compromiso formal entre el Ejército o el conjunto del Ministerio de Defensa y otros organismos o entidades, e involucran canales de interlocución, de formación y, en última instancia, de oferta de puestos de trabajo efectivos para el personal desvinculado. Entre las herramientas de acceso al mercado laboral, tanto del sector público como del sector privado, merece destacarse la iniciativa «Sistema de aprovechamiento de las capacidades profesionales del personal militar » (SAPROMIL), impulsada por el Ministerio de Defensa en 2013, aunque hunde sus raíces en acciones que se remontan a 2008. Constituye un portal de empleo de la DIGEREM que gestiona salidas profesionales para personal militar al relacionar y gestionar la oferta de capacidades individuales con la oferta de empleadores públicos y privados. El sistema actúa sobre el currículo, el perfil profesional y la formación específica de los interesados que voluntariamente se inscriban, y dirige su acceso a las ofertas de empleo de empleadores tanto públicos como privados. El portal gestiona alrededor de 10 500 candidatos y 170 empresas. El último y más decidido impulso de desarrollo profesional y desvinculación del Ministerio de Defensa ha sido la publicación del Plan integral de orientación laboral (PIOL) en mayo de  2018, cuyo desarrollo e implementación concita la participación de los órganos de enseñanza y de apoyo al personal de los tres ejércitos, además de señalados organismos del Ministerio de Defensa. El PIOL ha integrado en un marco único todas las actuaciones que venían desarrollándose en el ámbito de los ejércitos y de organismos del propio Ministerio de Defensa, y persigue una acción coordinada y sinérgica de todos los actores concernidos. El PIOL, que se articula en seis áreas de actuación y diez programas, persigue (según establece su artículo primero) «apoyar al personal militar que desee iniciar un proyecto alternativo a la carrera militar o a la trayectoria profesional que esté desempeñando, de modo que pueda conseguirlo con éxito, todo ello atendiendo a las necesidades de las Fuerzas Armadas 30  /  Revista Ejército n.º 939 • Extraordinario junio 2019 y en el marco de las disponibilidades presupuestarias». El marco de actuación diseñado por el Ministerio de Defensa está dando muestras de eficacia y la Subdirección (a través de la SEADES) está acomodando a él sus propias acciones, que han sido precursoras y anticipatorias de las que ahora se realizan en ese escenario común y más amplio. SON SOLDADOS, SON PROFESIONALES, SON VALIENTES; Y SON DE LOS NUESTROS Todos los profesionales del Ejército que cesan en su relación de servicios con la institución constituyen una fuente de ocupación y preocupación de quienes servimos en los órganos de apoyo al personal. Y, entre ellos, aquellos cuyo cese se produce no de forma voluntaria, sino por mandato de la ley, en plena edad laboral tras un servicio temporal prolongado, son especial objeto de nuestros desvelos. La dimensión del desafío trasciende a los propios implicados para involucrar al conjunto del Ejército y a los órganos especializados del Ministerio de Defensa. Más allá del conocimiento de la circunstancia, se requiere una acción coordinada y sinérgica de todos los actores con influencia en nuestros militares de tropa: los órganos de la cadena de apoyo al personal, las propias unidades de encuadramiento, sus jefes y los jefes directos de los interesados. Los actores referidos han de contagiar y contagiarse de dos palabras: concienciación y motivación. Ha de promoverse, con anticipación y oportunidad, la toma de conciencia del personal con un horizonte próximo de desvinculación, así como incentivarlo y apremiarlo hacia las ofertas de formación que puedan conducirle a su inserción futura en el mercado laboral. En el esfuerzo de la cadena de apoyo al personal es determinante la complicidad de los jefes de las unidades y de los mandos directos, que deben En 2019 se han financiado 88 cursos del servicio público de empleo estatal (SEPE) en 56 unidades acreditadas del Ejército. Los cursos SEPE constituyen el esfuerzo principal en formación para el empleo


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