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LA CREACIÓN DE LOS SERVICIOS DE INFORMACIÓN DE LOS... 131 como su opinión de que los aliados deberían actuar bajo un único mando, y que este debería recaer en la persona del general francés, al frente de todas las fuerzas aliadas «partout et en tout». A su colega Tillion no le sorprendía, porque a esas alturas ya estaba acostumbrado a la relación con Alfonso XIII y a sus «interpretaciones» sobre la marcha de la Guerra.36 Inmediatamente después del nombramiento de De Roucy, se ordenó al agregado naval de Francia en Londres que comunicase a los aliados las novedades que estaban implantando con respecto a España. Desde allí, el capitán de navío Jean Charles Le Gouz de Saint-Seine comunicó que los ingleses le habían informado de que «todo el servicio de informaciones británico en la Península Ibérica» estaba bajo la dirección del comandante Charles Julian Thoroton, un agente muy bien valorado por el Almirantazgo, con quien, siguiendo órdenes de París, De Roucy debía entrevistarse cuanto antes.37 Los franceses se las prometían muy felices en su cooperación con los ingleses pero lo cierto es que la coordinación en su actuación en España dejó siempre mucho que desear y, al contrario de lo esperado, fue una fuente permanente de problemas. De manera harto recurrente, compitieron por la preeminencia en muchos de los lugares donde compartían representación. En teoría De Roucy tenía las cosas fáciles porque las órdenes de París eran muy claras y la estructura que se le solicitaba dirigir estaba concebida en términos modestos. En este sentido, su responsabilidad en la creación, ampliación y puesta en funcionamiento de la red de información que comenzó siendo de «servicio de vigilancia de los submarinos enemigos en las costas de España» estaba ceñida a unos parámetros muy generales pero que le apartaban, en principio, de una responsabilidad similar a la de su colega del Ejército: sus hombres, como responsables en los distintos sectores en los que quedaba dividida la costa española, debían informar directamente a Toulon, si estaban destacados en el Mediterráneo, y a La Rochelle, si trabajaban en la cornisa cantábrica. Su labor como responsable de la red debía «limitarse» a inspeccionar los sectores, a garantizar que se llevaba a cabo el trabajo de acuerdo con las directrices y los intereses superiores. Muy pronto, en enero de 1916, le enviaron una amonestación desde París: no estaba cumpliendo con estas órdenes porque era él quien centralizaba todas las informaciones de los distintos sectores, lo cual —desde el punto de vista del Estado Mayor de la Marina— hacía que se perdiera operatividad, la rapidez necesaria para que, en caso de necesidad, se pudiera actuar militarmente con prontitud tanto desde el frente 36 SHM, Leg. SSEA77, nº 3, Audience du Roi, Agregado Naval a Ministro de Marina (EMG, 1ª sección), Madrid, 13 de diciembre de 1915. 37 SHM, SSEA77, nº 1807, SECRETO, Agregado Naval de Francia en Londres al Estado Mayor General, 1ª Sección, Londres 26 de noviembre de 1915. Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2019, pp. 131-144. ISSN: 0482-5748


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