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18 FERNANDO PUELL DE LA VILLA los hombres eran sorteados, pues un cierto número de ellos podía eximirse pagando una elevada cantidad de dinero o mediante un sustituto. El sistema concebido en Prusia tras las guerras napoleónicas, por el contrario, pretendía convertir en soldados a todos los ciudadanos. Para ello, se les exigía permanecer en las unidades el período imprescindible para ser instruidos y retornaban después a sus ocupaciones en situación de reservistas movilizables. Tal sistema tenía la contrapartida de transformar al ejército activo en escuela de preparación para la guerra, en lugar de instrumento de combate a disposición del Gobierno. Terminada la Guerra Franco-Prusiana, las naciones europeas intentaron extraer conclusiones del hundimiento del Segundo Imperio. La magnitud de la catástrofe francesa se atribuyó a mil causas y se llegó al extremo de establecer comparaciones sobre la virilidad, energía y capacidad de ambos pueblos. A la postre, técnicos y profanos convinieron en que el desastre lo originaron las carencias del reclutamiento por reemplazo y la inadecuada educación castrense del pueblo. Como consecuencia, la mayoría de los países europeos, unos por ambición y otros por suspicacia, se aplicaron a imitar a los prusianos. 1.1. La incidencia de Cuba y Melilla (1890-1909) Cuando Cánovas del Castillo sustituyó en el Gobierno a Sagasta en julio de 1890, encomendó la cartera de Guerra al general Marcelo Azcárraga, firme partidario de abolir la redención y la sustitución, por lo que ordenó al jefe de la Sección de Reclutamiento, general Arsenio Linares, la preparación de una Ley de Reclutamiento y Reemplazo del Ejército basada en el modelo prusiano, aunque atenuado, que sería el modelo de los sucesivos anteproyectos elaborados desde esa fecha hasta 1910, cuando el general Ángel Aznar elaboró el que definitivamente se transformaría en la llamada Ley de Canalejas-Luque de 19122. En julio de 1891, el redactado por Linares entró en el Congreso de los Diputados; su Dictamen tardó un año entero en estar listo, las sesiones se suspendieron poco después y en diciembre de 1892 el Gobierno dimitió; se convocaron elecciones y las nuevas Cortes no volvieron a acordarse de aquel Proyecto de Ley. Al regresar Sagasta al poder, con el general José López Domínguez en Guerra, éste prefirió dar prioridad a los temas de movilización sobre los 2 «Discurso del Sr. Martín Sánchez, diputado del partido conservador, en contra del Dictamen del Proyecto de Ley de Reclutamiento y Reemplazo del Ejército», en Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados (en notas sucesivas DSCD), 10 de mayo de 1911. Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2019, pp. 18-44. ISSN: 0482-5748


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