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LA COLECCIÓN BIBLIOGRÁFICA MILITAR: UNA AVENTURA... 243 Segunda Guerra Mundial, ya en la Primera esos nuevos guerreros que venían a introducir la tercera dimensión en el campo de batalla habían desarrollado (casi) todas las misiones que caracterizarían a los ejércitos del aire: desde el reconocimiento a las misiones de caza para lograr la superioridad aérea hasta las operaciones de bombardeo, tanto táctico en apoyo a las fuerzas de tierra –y navales– como el estratégico contra objetivos a retaguardia, civiles o militares.17 Dohuet en Italia, Billy Mitchell en Estados Unidos o el propio Kindelán en España preconizaban en el periodo de entreguerras el empleo de grandes formaciones aéreas que terminarían, junto al carro de combate, por revolucionar la guerra moderna (el submarino y los portaviones harían lo propio en la guerra naval, desplazando para siempre al acorazado como capital ship de los mares). CBM no fue ajena a esta tendencia en alza y publicó varios y muy interesantes libros al respecto, entre los que destacan Lo que conviene saber sobre la Aviación militar, Aviación. Generalidades y Aviación de información y, muy especialmente, Los fuegos. Estudio sobre acciones aéreas, navales y terrestres, de ese gran artillero y tratadista militar que fue Martínez Campos.18 Una guerra que, a medida que se iban publicando los libros de la Colección Bibliográfica Militar, iba incubándose en la sociedad española y en sus ejércitos… hasta estallar como un polvorín en julio de 1936, cuando los fundadores, colaboradores y lectores de la Colección Bibliográfica Militar, divididos para su desgracia, se verían obligados a pasar de la teoría a la práctica en los campos de batalla que menos esperaban: los de su propia patria. Julio de 1936: último número de la Colección Bibliográfica Militar. Triste epílogo El fatídico mes de julio de 1936 vería la aparición del último volumen de la Colección Bibliográfica Militar, acaso premonitorio: Lo que el oficial de Infantería debe conocer de las demás armas19. Los jefes y oficiales del arma mencionada en el título que no hubieran tenido tiempo de leerlo iban a aprender las lecciones en él contenidas en carne propia en la peor de las maldiciones que puede sufrir un país: la guerra entre hermanos. 17 Tan pronto como en 1915, la campaña de bombardeo de los zeppelines alemanes contra Inglaterra causó furor, más psicológico que contundente por sus efectos reales. Aquellos mastodontes del aire serían sucedidos por los bombarderos Gotha. Sin embargo, ni la velocidad ni el armamento defensivo ni la capacidad de carga de estos primitivos aviones estratégicos les hacían propicios para las misiones encomendadas. Nada que ver con el poder destructivo de las formaciones que en los 40 arrasarían Europa… y Japón. 18 Volúmenes V, LXVII y XCII respectivamente. 19 Firmado por el comandante de Infantería, DEM, Vicente Guarner, volumen 95, CBM, Toledo, julio de 1936. Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2019, pp. 243-256. ISSN: 0482-5748


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