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48 EMILIO DE DIEGO GARCÍA. MARÍA LUZ MARTÍN GÓMEZ reformas continuó durante todo el periodo de la Primera Guerra Mundial; la cual había despertado el lógico interés en medios militares españoles.5 Al margen de los motivos “técnicos” que inspiraron algunas de las numerosas demandas “innovadoras”, habría otras de signo eminentemente político, que trascendían las cuestiones específicas de las fuerzas armadas. En este apartado aparecieron, a modo de ejemplo, las formuladas por personajes relativamente ajenos entonces al mundo militar. Tal sería el caso de la firmada por Pérez de Ayala que, en un escrito en La Nación, se manifestaba a favor de implantar en España un modelo semejante al ejército estadounidense. O las indicaciones de Manuel Azaña, llamando a imitar “La política militar francesa” (1918) que, por el momento no tuvieron mayor recorrido, pero que aplicaría en buena medida, como ministro de la Guerra, en 1931. Según este sistema se trataba de abandonar cualquier posibilidad de crear, lo que en su criterio era un ejército profesional, caro, ineficaz y políticamente peligroso, y desarrollar unas fuerzas armadas basadas en la recluta forzosa y universal que potenciaría, a su parecer, el sentido igualitario y el papel del ciudadano en la defensa del país. Proposiciones diversas, reformas y contrarreformas múltiples y de diferente signo se entrelazaban, como hemos apuntado, en medio de la inestabilidad política, la necesidad de cambios y las enormes dificultades para hacerlos efectivos impuestas por la mencionada insuficiencia de medios y, en cierta medida, por las resistencias en el seno del propio Ejército.6 Una evaluación adecuada de lo ocurrido debe tener en cuenta además que, en líneas generales, la atención del Ejército español en el marco de la conflagración de 1914-1918 debía centrarse, en cuanto a sus funciones, sobre 5 V. GUERRERO MARTÍN, A.: El impacto de la Gran Guerra en el Ejército español. RESI UNED, 2017. Entre las múltiples publicaciones sobre el que debiera ser el Ejército del futuro destaca la de BURGUETE, R., La ciencia militar ante la guerra europea, Barcelona 1916. No faltaron las proposiciones reformistas de la mano de los políticos como M. Azaña, ya en 1918, aplicadas más tarde y la del conde de Romanones, El Ejército y la política en España Madrid 1920. En esta última década se dieron a conocer otras, posteriormente otras propuestas, como las de García Prieto, M. (7-XII-1922) o, incluso textos como el artículo firmado por Franco F.: “Reformas necesarias. La organización de nuestro ejército y el perfeccionamiento de sus cuadros” en Revista de Tropas Coloniales (1926) entre muchas más. Hubo también un esfuerzo continuado en el sentido reformista, más allá de las publicaciones ocasionales, el llevado a cabo por una revista como La Guerra y su preparación (1916 a 1932), denominada, desde esta última fecha, Revista de Estudios Militares y en trabajos aparecidos en la colección Bibliografía Militar. 6 Ver. URQUIJO Y GOITIA, J.R.: Gobiernos y ministros españoles (1808-2000). Madrid, 2001. Recordemos que solo entre octubre de 1913 y mayo de 1921 se sucedieron una docena de gobiernos, con otros tantos ministros de la Guerra: Echagüe y Méndez Vigo (Conde del Serrallo); A. Luque y Coca; F. Aguilera; F. Primo de Rivera; J. de la Cierva; J. Marina y Vega; D. Berenguer (2 veces) D. Muñoz Cobo; L. de Santiago; A. Tovar y Marcoleta; J. Villalba Riquelme; L. de Marichalar (Vizconde de Eza). Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2019, pp. 48-70. ISSN: 0482-5748


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