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CARLOS PÉREZ FERNÁNDEZ-TURÉGANO documentos, ruego á V.E. se sirva manifestarme si para el efecto indicado le es necesario solamente la parte economica de referencia ó la totalidad de los proyectos para dirigirlos inmediatamente á sus manos, sin perjuicio de que para las esplicaciones ó conferencias que V.E. estime convenientes, siempre me tendrá á su disposizion (sic). De Real órden lo expreso á V.E. para su conocimiento y fines que mejor estime. Dios...» 41. Un mes se retrasó el titular de Hacienda en responder a Rodríguez de Arias, y lo hizo para recordarle que, aunque él había solicitado a sus subordinados que pidieran a Marina la documentación, ello no se había efectuado: «… he sabido con disgusto que no ha sido así»42. Tres días más tarde, Camacho escribía de nuevo a Rodríguez de Arias significándole que, una vez dada cuenta al rey de los referidos proyectos, el monarca había considerado que «para formar juicio acerca de la cuantía de aquellos fondos, y de los plazos ó fechas en que deban cumplirse, es conveniente y aun indispensable que se sirva remitir á este Ministerio los indicados proyectos, en cuales tenga relacion con su parte económica, y todo aquello que pueda contribuir al mayor acierto en la apreciacion del costo y épocas de pago del material referido»43, misiva a la que Rodríguez de Arias contestó con otra anunciándole que le remitía toda la documentación requerida y, de nuevo, se mostraba dispuesto a mantener cuantas reuniones fueran necesarias para concretar y comenzar a hacer efectivo el proyecto de renovación del material y construcción naval: «De RO lo digo a V.E. manifestándole de nuevo que estoy dispuesto a tener con V.E. todas aquellas conferencias y en donde le explicara lo que crea necesario para el mas perfecto conocimiento de todos los extremos que comprende el citado Plan»44. Esta mutua correspondencia se alargó durante meses, sin resultado alguno, hasta el cese de Rodríguez de Arias como ministro de Marina, que se produjo el 13 de octubre de 1883, cuando Sagasta fue sustituido por Cánovas del Castillo al frente del Gobierno, y Rodríguez de Arias por Valcárcel en el Ministerio. No obstante, antes de abandonar el Gobierno, Rodríguez de Arias puso en marcha también una reforma en las estructuras administrativas de la Marina; y así, creó la «Junta Directiva del Ministerio que dirigió la Marina con la Junta Superior Consultiva. Nació la Dirección de Material y el Tribunal Supremo de la Armada se refundió con el de Guerra bajo la denominación de Consejo Supremo de Guerra y Marina»45. Por tanto, esta su segunda experiencia ministerial puede calificarse como verdaderamente ilusionante, pues se sentaron las bases materiales y administrativas para el renacimiento del poder naval español, aunque las expectativas se vieran frustradas, al menos en parte, en años posteriores. (41)  Ib., carta del ministro de Marina, Rodríguez de Arias, al titular de Hacienda, Camacho, de 27 de marzo de 1883. (42)  Ib., carta de Juan Francisco Camacho a Rodríguez de Arias, 27 de abril de 1883. (43)  ídem, 30 de abril de 1883. (44)  Ib., carta de Rodríguez Arias a Camacho, 5 de mayo de 1883. (45)  CERVERA PERY, art. cit., pp. 873-874. 122 REVISTA DE HISTORIA NAVAL Núm. 145


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