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CARLOS PÉREZ FERNÁNDEZ-TURÉGANO En marzo de 1884 fue destinado a Cádiz, de nuevo como capitán general del departamento y presidente de su junta económica. En tal condición, relata Cervera Pery, el Ayuntamiento de San Fernando reconoció sus múltiples desvelos en pro de su localidad natal poniendo su nombre a una de sus calles, en agradecimiento «a la cesión por parte de la Armada de terrenos de su jurisdicción en la que tuvo intervención muy directa, así como por su resuelta actitud para impedir el despido de operarios del arsenal de la Carraca y su firme oposición al traslado de la Capitanía General á Cadiz. En las actas del Cabildo de San Fernando constan expresivas frases de gratitud hacia ese “benemérito hijo del pueblo”»49. Dos años permaneció al frente del departamento gaditano, hasta que el 19 de mayo de 1886 se vio obligado a ceder el mando, por razones de salud, al contralmirante Lobatón, retirándose él a la corte. Sin embargo, a pesar de esos problemas de salud y de sus más de sesenta años, cuando ya había perdido parte del brío característico de la juventud, a finales de ese mismo año acogió con la responsabilidad y fortaleza de ánimo que le caracterizaban la llamada que le hizo Sagasta para asumir por tercera y última vez la titularidad del Ministerio de Marina. La Gaceta de Madrid recogía así este nombramiento: «En atención á las circunstancias que concurren en el Contraalmirante de la Armada D. Rafael Rodríguez Arias, Senador del reino y Ministro que ha sido de Marina; En nombre de mi Augusto Hijo el Rey D. Alfonso XIII, y como Reina Regente del Reino, Vengo en nombrarle Ministro de Marina. = Dado en Palacio á diez de Octubre de mil ochocientos ochenta y seis. MARíA CRISTINA. El Presidente del Consejo de Ministros, Práxedes Mateo Sagasta»50. Por tanto, fue nombrado ministro de Marina por tercera vez, coincidiendo con ese periodo de cinco años, el más largo de todos, en el que Sagasta ocupó la presidencia del Consejo de Ministros: entre noviembre de 1885 y julio de 1890, el denominado «gobierno largo» del ilustre riojano. Fue ahora cuando, aprovechando tiempos de cierta estabilidad política, Rodríguez de Arias decidió presentar un proyecto/programa de construcción naval, basado fundamentalmente en el que su antecesor en el cargo, José M.ª Beránger, había formulado meses antes, así como en el programa aprobado por el Consejo de Ministros en 1883 a iniciativa del propio Rodríguez de Arias. Rodríguez González expuso las dificultades que este proyecto tuvo que superar para su aprobación, tras entrar en el Senado el 29 de febrero de 1886, obstáculos descritos en Época de la siguiente y muy ilustrativa manera: «… está a punto de naufragar la escuadra que aún no ha empezado a construirse. Pero el ministro, señor Rodríguez Arias, es piloto experto, y al ver en peligro el buque, fuese a buscar al capitán y le dijo: “señor Sagasta, o me reviste Vd. De todos los poderes para sacar a flote esta nave, o sin reparar en el qué dirán las (49)  CERVERA PERY, art. cit., p. 874. (50)  Gaceta de Madrid, lunes 11 de octubre de 1886, núm. 284, p. 119, nombramiento de Rafael Rodríguez de Arias como ministro de Marina, 10 de octubre de 1886. 126 REVISTA DE HISTORIA NAVAL Núm. 145


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