VETERANOS PARACAIIDIISTAS SUBOFICIAL MAYOR D. JOSÉ MANUEL VICENTE QUILEZ El 8 de diciembre de 2018, el Sbmy. Quílez renueva el juramento a la bandera con motivo de su pase a la reserva (foto: CLP. Ramas/Boina Negra) El pasado mes de diciembre, algo desapercibida por el ajetreo propio de las celebraciones de Santa Bárbara y la Inmaculada Concepción; la preparación y ejecución del ejercicio «Trueno», tuvo lugar la despedida por su pase a la situación de reserva de un veterano soldado. Me estoy refiriendo al suboficial mayor José Manuel Vicente Quílez. El suboficial mayor de la BRIPAC y el más antiguo de nuestros suboficiales mayores. Aunque uno es consciente del paso del tiempo, por regla general se resiste a considerar que los años van cayendo y solo se da cuenta (entre otras cosas) cuando ves que tus viejos amigos, aquellos que conoces desde el primer día que pones los pies en este santuario, se van marchando, se retiran. Recuerdo al sargento Quílez. Corría el mes de octubre de 1984 y no hacía ni cuarenta y ocho horas que habíamos desembarcado en la Brigada como sargentos en prácticas y nos encontrábamos en aquella entrañable Unidad de Base Paracaidista para recibir, durante una semana, una actualización de equipos y procedimientos de salto. Él tomó parte activa en esa actividad y ya, en esos momentos, pudimos descubrir a un auténtico paracaidista profundamente enamorado de esta Unidad y apasionado por todo aquello relacionado con el paracaidismo. El suboficial mayor Quílez ingresó en el Ejército allá por 1977 como alumno del IPE n.º 2, en Calatayud y en la especialidad de Electrónica de Armas. Pero su alma de infante le lleva a integrarse al año siguiente en la V.ª Promoción de la AGBS. Una promoción con ilustres nombres paracaidistas: “Chicho” Ráez, Jaraba, Colmenar Neila, Bohoyo, Tornel... y varios más que mi floja memoria olvida (y a los que pido disculpas). Tras realizar sus prácticas en la I.ª Bandera, vuelve a ella como sargento en julio de 1981 para pasar destinado en 1985 a la Unidad de Base del Grupo Logístico Paracaidista. Y es en ésta Unidad donde yo le conocí y en la que creo, firmemente, que ha desarrollado una labor absolutamente prolífica e inconmensurable. En la Compañía de Lanzamiento de Personal, habiendo realizado ya los cursos de Apertura Manual y Señalador Guía, pasó por la Sala de Plegados y por la Sección de Apertura Manual («la Torre» como la conocíamos popularmente) para recalar, posteriormente, en la Sección de Mantenimiento de la Compañía de Plana Mayor y Servicios. Allí, durante varios años, gestiona, controla, cataloga y asesora en todo lo relacionado con la amplia gama de material que poseía el Grupo de Lanzamiento, Unidad que había derivado de la Unidad de Base Paracaidista en el año 1988. Desde luego, estas obligaciones no dejan de lado su actividad frecuente como jefe de salto, tanto en las sesiones de lanzamientos automático, como APM o HALO-HAHO; montaje y establecimiento de numerosas D/Z y siempre en apoyo de la Compañía de Lanzamiento de Personal. A este respecto, no debo olvidar la participación en la modernización y avance de los procesos relativos a los lanzamientos con empleo de oxígeno siendo, no en vano, uno de 76 Sbmy. Guerrero (BCG)
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