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La realización de los cursos de buceo en el Ejército de Tierra supone una gran satisfacción personal por el desarrollo del aspecto de Tierra me han supuesto una gran satisfacción personal, no solo por lo que conlleva la superación de unos cursos de estas características, sino por lo que supone en el aspecto profesional como combatiente. Además, he aplicado en numerosas ocasiones las enseñanzas recibidas durante el mismo, y como ejemplo detallaré que siendo el jefe de la Compañía de Apoyo del Regimiento de Ingenieros n.º 8 (RING 8) de Melilla tuve la necesidad de poner en práctica todos los conocimientos adquiridos en una operación real de puesta a flote en la playa de San Lorenzo de Melilla. En agosto de 2016 se planeó y ejecutó una compleja operación de recuperación de un vehículo civil que había sido arrastrado por una riada a través del río Oro hasta la playa de San Lorenzo. La operación fue complicada desde el punto de vista técnico debido a tres factores: ——Vehículo, peso y situación: se trataba de un antiguo vehículo, modelo Mercedes-Benz 180, completamente enterrado, con un peso aproximado de 5200 kilogramos, sumergido a una profundidad de 2 metros y 30 centímetros. ——Personal con titulación de buceo: el equipo estaba formado por dos mandos zapadores anfibios y dos buceadores elementales de tropa. ——Material de puesta a flote: solo se disponía de equipos de buceo autónomos 94  /  Revista Ejército n.º 941 • septiembre 2019 y un número muy limitado de globos abiertos de tamaños comprendidos entre 50 y 1000 litros. Para cumplir la misión tuvimos que hacer uso de todo nuestro ingenio, puesto que se tuvieron que improvisar diferentes métodos y técnicas para alcanzar la fuerza de empuje ascendente necesaria. En total, fueron necesarios seis días de trabajo, con un total de aproximadamente 40 horas de inmersión por buzo. Es importante tener en cuenta que cuando uno trabaja en un ambiente totalmente hostil para el cuerpo humano cualquier cambio o modificación de las variables corporales, tales como horas de descanso, condición física, alimentación, concentración y cambios en las condiciones de los factores externos como temperatura, visibilidad, etc., profesional como combatiente hace que se puedan producir innumerables circunstancias adversas. El cuerpo humano es en ocasiones impredecible, por lo que es importante estar siempre muy atento, puesto que en ocasiones se pueden identificar ciertos síntomas previos que dan pistas de que algo no va bien. En esta actividad hay que saber reconocer cuándo no se está en condiciones de bucear, puesto que una mala decisión puede provocar un sinfín de problemas serios a 40 metros de profundidad. Los que hayan hecho alguno de estos cursos o hayan sido profesores del curso, como en mi caso, habrán vivido situaciones en las que algo se tuerce y hay que poner en práctica los planes de seguridad y evacuación. Ser conocedor de todas estas circunstancias hace que sea necesario estar muy pendiente de conocer a los subordinados y observar las condiciones en las que se encuentran. Y, por supuesto, es siempre muy importante llevar a cabo un exhaustivo planeamiento y realizar unos planes de seguridad adecuados para evitar cualquier accidente en la operación.■


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