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V CENTENARIO DE LA PRIMERA VUELTA AL MUNDO DE MAGALLANES Y ELCANO Pilotos (que no «ascendieron» a capitanes) A Andrés de San Martín lo encontramos en 1512, cuando entró de piloto en la Casa de la Contratación de Sevilla. A la muerte de Américo Vespucio ocurrida el mismo año, solicitó el cargo de piloto mayor siendo preterido por Juan Díaz de Solís. Poseía profundos conocimientos astrológicos y sabía aplicarlos a la náutica. En 1516, tras la desaparición de Díaz de Solís, literalmente devorado por los indígenas en la orilla oriental del río que llevó su nombre (hoy de la Plata), volvieron a negarle el cargo, prefiriendo a otro extranjero, Sebastián Caboto; a él lo contentarán aumentándole el sueldo en 10.000 maravedíes. Enseguida fue nombrado piloto mayor y cosmógrafo de la Armada a la Especiería, pasó de la San Antonio a la Victoria en la bahía de Guanabara. Demostró su maestría en el cálculo de la longitud, utilizando el sistema propuesto por Rui Faleiro, cuando la calculó en el ya mencionado río de Solís (de la Plata) aprovechando la conjunción de la Luna con Venus (1-2-1520) obtuvo un error grosero; en la bahía de San Matías, cuando el Sol y la Luna quedaban en oposición (23-2-1520), tampoco tuvo éxito. En San Julián (21 de julio de 1520) observó desde la playa la altura del Sol, 49º 18, obteniendo con gran exactitud la latitud del lugar, por cierto la más al sur a la que había llegado europeo alguno hasta entonces. Enseguida calculó con mayor precisión la situación de San Julián. Algunos autores han demostrado que pocos pilotos estaban, por entonces, a la altura científica y práctica de Andrés San Martín. En el derrotero de Albo no figura anotada longitud alguna hasta la llegada a la isla de Suluan en Filipinas; en la de Homonhon, San Martín calculó la longitud con dos grados de error en relación con la exacta, precisión que no fue mejorada «en siglos». Todas sus anotaciones y cálculos los entregó a Ginés de Mafra, piloto de Gómez de Espinosa cuando el intento de tornaviaje de la Trinidad, por tanto fueron confiscados por Antonio Brito, como ya dijimos. Cuando la unión de los reinos ibéricos (1580) esos papeles fueron enviados a Madrid para finalizar perdiéndose, quizás en el incendio del alcázar madrileño de 1734, por tanto, lo que conocemos hoy en día procede de las notas tomadas por los pocos cosmógrafos o historiadores que pudieron estudiarlos. También cabe dentro de lo posible, que el relato de Ginés de Mafra sea copia de esos papeles de San Martín, que falleció en Mactán al lado de su capitán general. Francisco de Albo comenzó el viaje de contramaestre a bordo de la Trinidad y «ascendió» a piloto. De origen griego, rindió viaje en Sevilla como piloto de la Victoria al mando de Elcano. Escribió un diario a modo de cuaderno de bitácora: «Derrotero del viaje de Magallanes desde el Cabo de San Agustín en el Brasil, hasta el regreso a España de la Nao Victoria» (17), iniciado a partir de la recalada en cabo San Agustín, martes 29 de abril de (17) Se conserva en el Archivo de Indias de Sevilla. 358 Agosto-septiembre


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