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V CENTENARIO DE LA PRIMERA VUELTA AL MUNDO DE MAGALLANES Y ELCANO bre de 1513, cuando ya se estaba formando en Sevilla otra nueva gran expedición colonizadora a aquellas tierras de Castilla del Oro, mandada por Pedrarias Dávila, que fundaría Panamá en 1519, abriendo así el primer puerto estable para la exploración de las costas americanas del Pacífico. Mientras tanto, la Corona seguía interesada en buscar pasos hacia la Especiería y establecer nuevas bases de apoyo y control de rutas. El proyectado viaje de Vicente Yáñez Pinzón en 1505 a Puerto Rico, el reconocimiento de las costas de Cuba por orden de Ovando aquel mismo año y la expedición de Ponce de León a Puerto Rico y la Florida, en 1513, seguida por algunas otras, descubrieron el trazado del golfo de México, pero allí no se encontraba el ansiado paso. Díaz de Solís, entre tanto, continuaba con su empeño, y en mayo de 1512 obtuvo permiso regio para emprender otro viaje «que avía de hazer para Malaca» e inició los preparativos en Sevilla con un solo barco pero Fernando el Católico ordenó en diciembre suspender el viaje y dio en aquel momento preferencia a la expedición de Pedrarias Dávila. Por fin, en noviembre de 1514, Solís obtuvo permiso y medios para armar tres carabelas en Sevilla, aunque al cabo solo fueron dos, zarpó en octubre de 1515 y descubrió el Río de la Plata pero allí murió a manos de los indígenas y la expedición regresó a su punto de partida. Sin embargo, la ruta quedaba trazada y fue la que recorrió de nuevo Magallanes desde septiembre de 1519 con sus cinco naos, antes de internarse en lo desconocido: Carlos I, al financiar la expedición —cuyo coste para la Corona fue la mitad que el causado por la de Pedrarias Dávila— continuaba los proyectos de su abuelo, e incluso las intenciones de su padre. Sin embargo, en aquel momento aún se consideraban viables otras posibilidades: de ahí el flete de la armada de Gil González Dávila, que partió en septiembre de 1519, al mismo tiempo que la de Magallanes, con Andrés Niño como piloto «para yr a descubrir por la mar del sur», esto es, hacia Castilla del Oro, a la busca de un paso. Comentarios finales Los recursos navales movilizados a partir de 1475 fueron de importancia y características muy distintas, las adecuadas, en cada caso, a empresas de naturaleza y alcance diverso, tanto por la importancia que les atribuyeron los monarcas, según sus intereses políticos, como por la que realmente tuvieron en sus consecuencias históricas. Los Reyes Católicos atendieron, sobre todo, a proyectos y empresas en el Mediterráneo, entre el mar de Alborán y Sicilia, Nápoles y zonas próximas. Así lo demuestra el enorme gasto efectuado en las guerras de Nápoles, entre 1495-1504, del que mucha parte correspondió a las armadas, al contrario de lo que había ocurrido en la conquista de Granada (1482-1492), que fue una 216 Agosto-septiembre


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