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V CENTENARIO DE LA PRIMERA VUELTA AL MUNDO DE MAGALLANES Y ELCANO desde principios del siglo XVI. Con respecto a los ingleses, interrumpieron las expediciones de castigo de las costas españolas del océano Pacífico, hasta que de nuevo, con la Guerra de 1740, la de la Oreja de Jenkins, Inglaterra destacó dos flotas: una, muy potente, mandada por Vernon para conquistar Portobelo y Cartagena de Indias, y la otra de Anson, mucho más reducida, para hacerse con alguna base en la costa del Pacífico y conquistar Panamá. España tuvo conocimiento de los planes ingleses y también alistó sendas flotas: una fue enviada al Caribe bajo el mando de Torres para apoyar a Blas de Lezo en Cartagena de Indias, y la otra, mandada por Pizarro, a la Mar del Sur. Tanto Anson como Pizarro utilizaron la ruta de cabo de Hornos y ambos tuvieron grandes dificultades para remontarlo. Tanto fue así que de la escuadra española solo consiguió alcanzar la Mar del Sur la fragata Esperanza, y Pizarro, con sus maltrechos barcos, llegó a Buenos Aires y por tierra se trasladó a Lima para embarcar en dicha fragata. En este contexto, el virrey del Perú ordenó a Jorge Juan y a Antonio de Ulloa que interrumpieran en dos ocasiones las mediciones del arco del meridiano para colaborar en la defensa de las costas del virreinato. Entre ambas peticiones se produjo el fracaso de Vernon en Cartagena de Indias y el ataque de Anson a Paita. En la primera comisión Jorge Juan y Ulloa fueron a Guayaquil (1740-41), donde colaboraron en las defensas portuarias, y en la segunda (1743) embarcaron durante ocho meses. Jorge Juan tomó el mando de la Belén y Ulloa el de la Rosa, ambos mercantes transformados en barcos de guerra. Estas, en unión de la Esperanza de la escuadra de Pizarro, formaban la totalidad de las fuerzas navales españolas en la Mar del Sur en aquellas críticas circunstancias. A la Belén y a la Rosa se les ordenó patrullar entre El Callao, Valparaíso, isla de Juan Fernández y Talcahuano contra la amenaza de la escuadra del comodoro inglés Anson, pero no se detectaron naves enemigas, pues este después de saquear la indefensa ciudad de Paita tuvo conocimiento del fracaso inglés en Cartagena de Indias, por lo que desistió de atacar Panamá, dirigiéndose a Acapulco con objeto de apresar el Galeón de Manila. Pero al comprobar que las autoridades españolas estaban al corriente de sus intenciones y al no estar en condiciones su maltrecha escuadra para regresar a Inglaterra por el cabo de Hornos, decidió atravesar el Pacífico, y en el puerto de Macao reparó los dos buques que le quedaban. A continuación patrulló por las inmediaciones del estrecho de San Bernardino, donde consiguió apresar al navío Covadonga, que hacía la ruta del Galeón de Manila. Con el botín obtenido se lavó la cara del fracaso de la expedición, pues de los cerca de los 2.000 hombres que embarcaron en los siete buques que salieron de Inglaterra solo llegaron 188 a bordo del Centurion. Con respecto a Jorge Juan y Antonio de Ulloa, ambos regresaron a España en buques franceses distintos por la ruta del cabo de Hornos. 2019 397


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