Page 221

RGM_277_2_Agosto-Septiembre_2019

V CENTENARIO DE LA PRIMERA VUELTA AL MUNDO DE MAGALLANES Y ELCANO navíos de 74 cañones: Europa, San Pedro Apóstol y Montañés; y dos fragatas de 34 cañones: Nuestra Señora del Pilar y Fama. Al mando de la expedición estaba el entonces jefe de escuadra Ignacio María de Álava, al que el primer ministro, Manuel Godoy, dio plenos poderes. A pesar de conocer la ruta del cabo Buena Esperanza, para llegar a Filipinas Álava eligió la del cabo de Hornos, pues recelaba que por la primera tuviese problemas con el gran calado de sus barcos al pasar por el estrecho de La Sonda, extremo no precisado en sus cartas y derroteros. Arribaron a Manila el día de Navidad de 1776: sus defensas habían sido reforzadas, aumentando la guarnición con tropas indígenas, y remodelando la antigua fábrica de armas, para defenderse de la importante escuadra inglesa que merodeaba el archipiélago: todo bajo la dirección de Rafael María de Aguilar, capitán general de las islas, Y, a las escasas defensas existentes en barcos y efectivos, vino a sumarse la escuadra de Álava. Después de seis años trabajando en la reestructuración de la fuerza naval y combatiendo en aquellas aguas lejanas, en donde relucieron sus dotes de mando y organización, tras firmarse la Paz de Amiens, Álava recibió de la Península la orden de regresar, emprendiendo la vuelta con el navío Montañés como buque insignia y las fragatas Fama y Nuestra Señora del Pilar, a las que se sumó la Santa María de la Cabeza. La nueva escuadra, a la que se agregó la urca Aurora, zarpó de Manila el 11 de enero de 1803 en demanda del cabo de Buena Esperanza, cruzando el estrecho de La Sonda sin los problemas intuidos en el viaje de ida, para finalizar el viaje el 15 de mayo de 1803; engrosando el navío Montañés e Ignacio María de Álava y parte de sus hombres y barcos, que hacía ocho años partieron bajo su mando de las costas españoles, la nómina de circunnavegadores españoles. Corbeta Ferrolana (1849-1852) El 5 de octubre de 1849, desde el puerto de Cádiz, se hacía a la mar la corbeta Ferrolana que, entregada a la Armada un año antes, se convertiría en la última nave de nuestra marina de guerra propulsada únicamente a vela, hecho que no mermó sus expectativas de vida, pues se mantuvo a flote durante 46 años, tras haber participado en numerosas misiones; pero, de entre todas, destacó su viaje alrededor del mundo que dilató dos años y medio. Las razones de la expedición se centraban en que, tras una etapa de franca decadencia, España debía mostrar ante el mundo el pabellón nacional, sobre todo, ante naciones que pertenecieron a la Corona española hasta principio del siglo que estaba llegando a su hemisferio: nuevos países con los que era importante mejorar las relaciones diplomáticas y comerciales. Además se aprovechó para un crucero de instrucción de 11 guardias marinas que formaron parte de los 200 hombres de la dotación del buque 420 Agosto-septiembre


RGM_277_2_Agosto-Septiembre_2019
To see the actual publication please follow the link above